The Division debería ser el patrón a seguir

Hay algo que me emociona mucho en The Division, y es el sentir que estoy jugando a algo realmente nuevo y diferente. Más allá de su IA, de sus gráficos, de la ambientación e incluso del fantástico Manhattan o lo insufribles que son los encargados de la emisora de la JTF, The Division tiene algo que no solo promete ser nuevo, sino que además sabe a nuevo y huele a nuevo. 

 

The Division ha sabido ir más allá de Destiny, ha sabido ir más allá de los juegos online prepactados sin gran cosa que decir, y lo que ha terminado ofreciendo, al menos para mí, es condenadamente bueno. Sí, puede que a la larga canse, y sí, puede que esté muy limitado por culpa del amor que sienten las obras con el sello Tom Clancy hacia el pseudo-realismo, pero eso no quita para que sea un paso grande, inmenso, hacia un futuro prometedor. Por decirlo claro: 

 

 

The Division está obligado a convertirse en padre de un nuevo género

Decía el otro día Bruno que The Division podría definir por sí mismo el futuro de Ubisoft, y no podría estar más de acuerdo. No obstante, yendo más allá de la propia compañía, The Division debería ser más ambicioso y convertirse en el patrón a seguir por la competencia para convertirse en el pionero, en el padre, de toda una nueva forma de contemplar el género.

 

Cuanto más lo pienso, más claro tengo que debe ser así, y es que Ubisoft y Massive Entertainment parecen haber dado al fin con la clave del MMO compartido, del RPG online y de ese futuro del multijugador que muchos llevamos años esperando y que no conseguimos encontrar en el prometedor Destiny. 

 

The Division ha descubierto la fórmula del condensador de fluzo, ha dado con la forma de hacer juegos que muchos llevan años intentando de forma vana, y lo mejor es que lo ha hecho de una forma neutra, con un esquema que sirve para todo tipo de ambientaciones. 

 

 

Podrías llevar una espada, matar espectros y seguiría siendo The Division

Lo pensaba ayer mientras cruzaba la Zona Oscura: podrías cambiar los enemigos por monstruos, podrías cambiar Nueva York por un bosque con aldeas y castillos medievales, podrías cambiar tu fusil por una espada o un bastón de mago y la experiencia seguiría siendo absolutamente reconocible.

 

Y esto es genial. The Division ha sido comedido en su ambición y nos ofrece una historia autolimitada por los límites de la realidad y lo concebible, pero eso no significa que su forma de juego no tenga suficiente potencial como para ir mucho más allá en futuros lanamientos, no necesariamente realizados por la propia Ubisoft. 

 

Y es que el esquema de The Division permite mil giros en su puesta en escena. Podemos aprovechar ese concepto de supervivencia para crear un survival zombie que le de mil vueltas a lo que existe a día de hoy, podemos tomar su forma de compartir mundo y llevarlo al universo de Dragon's Dogma o al de Dragon Age o incluso al de The Witcher sin perder ni un ápice de calidad. Qué narices, podríamos aprovechar las estructuras de ese Manhattan pseudo-apocalítpico y calzar en su silueta algo de ciencia ficción, de futurismo o de viaje al más allá. 

 

Fantasmas, monstruos, alienígenas, zombies o, ¿por qué no? tal vez vampiros con los que aumentar un poco la verticalidad de un título que, estoy seguro, va a significar mucho en la evolución del videojuego. Ubisoft y Massive han encontrado la fórmula perfecta del juego que sabe a nuevo, que huele a nuevo y que puede redefinir el concepto del sandbox compartido y el MMORPG de mundo abierto.

 

Habrá que esperar para ver cómo cuaja esto, pero estoy convencido de que el resultado será genial. 

 

¡Nos leemos!

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