The Division 2: primeras impresiones, novedades y jugabilidad
Tras tres horas de acción pura jugando a la beta cerrada de Tom Clancy's The Division 2 y con muchas ganas de volver a este 'yermo' de Washington DC reinventado por la buena gente de Ubisoft, podemos decirlo: The Division 2 apunta a ser la secuela que The Division necesitaba. Más ajustada, con jugosas novedades y con algunas cosas que, a la espera de ver cómo funcionan en la versión final del juego, al menos prometen cambios, lo que nunca está de más.
De regreso en la División
The Division 2 consigue, desde el minuto uno, que sintamos que volvemos a ponernos las viejas zapatillas de la primera entrega. Unas zapatillas cómodas, de andar por casa pero en plan bien, gracias a una jugabilidad que fue y sigue siendo un caramelito que podemos degustar durante horas. Se mantienen las mecánicas de parapeto, coberturas y apuntado, con algunas novedades como un punto que ayuda a fijar nuestro arma antes de salir de la cobertura. También se mantiene el sistema de misiones solo o con amigos que ajusta su dificultad a nuestro nivel y el de nuestros compañeros de escuadrón.
En lo que respecta a los escenarios, el motor gráfico Snowdrop no decepciona con unos entornos foptorrealistas más potentes aún que los de New York con una historia que ha sabido avanzar con el paso del tiempo y ofrece rincones plagados de vegetación y un Washington más devastado que, aún así, muestra lugares de gran belleza en la más pura línea de la película basada en la novela homónima Soy Leyenda. Recorrer los escenarios sigue siendo tan satisfactorio como el gunplay del videojuego, que sigue manteniendo diferencias según el tipo de arma que usemos y nuestra forma de juego.
Cambios y novedades
The Division 2 nos sitúa en Washington DC un tiempo después de que el virus fuera liberado el fatídico Viernes Negro. La sociedad se ha reconstruido en forma de pequeños asentamientos de colonos a lo largo y ancho de la capital estadounidense. Nuevos núcleos rurales en medio de la urbe que están siendo atacados por una nueva amenaza: un grupo de despiadados asaltadores conocidos como Las Hienas. En nuestro papel como agentes de The Division, deberemos realizar distintas misiones para defender estos asentamientos y ayudarlos a crecer, lo que se convierte en una nueva mecánica en la que deberemos cumplir varios encargos para fortalecer estos asentamientos y contar con ayuda adicional en nuestro cuartel general.
Junto a estas novedades que aún queda por ver cómo funcionan y si no terminan por convertirse en rutinarias, la jugabilidad incluye también algunos cambios necesarios como el mencionado punto que nos ayuda en los tiroteos y el cambio de curación, modificando los botiquines por una barra de salud que se rellena tras el enfrentamiento e incuyendo una barra de blindaje que podemos 'arreglar' en medio del combate gracias a los kits de armadura.
Cambios también en lo que corresponde a las habilidades de nuestro agente, especialmente en la duración y utilidad de las mismas. Por un lado, hemos podido probar el dron bombardero, que lanza un ataque devastador contra las líneas enemigas que marca, y mucho, la diferencia. Por otro, la minitorreta ahora es mucho más duradera, es capaz de acabar por sí sola con varios los enemigos y podemos usarla en modo solo para tener distraidos a los enemigos mientras los flanqueamos sigilosamente para acabar con ellos.
Más allá, la sensación es la correcta, la de estar jugando una versión mejor y más moderna del ya de por sí interesante The Division. Aún es pronto para hablar y quedan muchas horas por delante de la beta y de la versión final del juego, pero por ahora hay motivos para el optimismo: buena jugabilidad, buen gunplay, una historia que pinta bien y un escenario que apetece explorar a fondo que promete mil recovecos y sorpresas por descubrir.
¡Nos leemos!
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