The Cat Lady. Macabro, humano y poético

La depresión, el suicido, la enfermedad, la muerte... son temas pocas veces tratados por los videojuegos, al menos de una forma seria y consecuente. Es muy complicado hacerlo y por ello la mayor parte de estudios deciden dejarlo a un lado o tocar únicamente la superficie. Pero cuando se pone empeño en hacerlo bien el resultado puede ser tan espectacular y redondo como el que podemos vivir en el título independiente The Cat Lady.

Quizás me deje llevar un poco por la emoción del momento (nada más terminar un juego, las opiniones sean buenas o malas siempre se intensifican), pero lo que me ha hecho sentir este título hace que automáticamente pueda situarlo como una de las mejores experiencias que he vivido como jugador. Puede que ciertos temas o vivencias personales ayuden a ello y puede que otra persona no sienta lo mismo si lo juega, pero ahí está lo bueno de ciertos videojuegos, ¿no? Encontrar ese punto de unión común con ciertos jugadores que no tienen por qué ser todos ni mucho menos. Para un juego indie que no pretende gustar a todo el mundo ni llegar a cuanta más masa de público mejor, es más fácil tratar de conseguirlo.

Me acerqué a The Cat Lady por una recomendación, aunque no esperaba ni mucho menos encontrarme con un título tan humano y profundo escondido en lo que parece ser a simple vista una aventura gráfica de terror. En términos más técnicos o si queréis que utilice etiquetas para definirlo, sí, es probable que este título pueda ser una "aventura gráfica de terror". Pero eso sería quedarse en la superficie más externa. Sin querer aportar demasiados detalles para no arruinar la experiencia a aquel que quiera darle una oportunidad, el título esconde bajo una capa y un contexto aparentemente paranormal, una historia donde la protagonista evoluciona en su aspecto más humano, tanto en su relación con ella misma como con los demás.

Es muy difícil plasmar en cualquier vertiente artística una relación entre distintos personajes, por ello siempre destacamos y siempre disfrutamos de las buenas historias y de las buenas relaciones. Pero aún más complicado es tratar la relación de una persona consigo misma, que es algo a lo que todos nos tenemos que enfrentar diariamente. Nosotros mismos sabemos cómo nos encontramos, qué pensamos, qué debemos hacer, qué no... nos relacionamos con nuestro yo interior y aquel que haya sentido alguna enfermedad (ya sea propia o de una persona cercana) sabe qué se experimenta y siente hacia su propia persona, y lo mismo podría ser aplicable con temas como la muerte o la depresión. The Cat Lady profundiza en esos aspectos a través de los personajes protagonistas y sus relaciones.

El tono general del título es pesimista, no os voy a engañar. La utilización de los colores, incluso, ayuda a intensificar y a plasmar el estado de ánimo de la protagonista: casi siempre blancos, negros o colores muy apagados. Sólo se utilizan colores vivos con alguna intención clara, jugando con nosotros mismos para que podamos entender lo que siente en cada momento nuestro personaje. El proceso de aprendizaje humano ante temas muy serios está tratado a la perfección en The Cat Lady, aunque como ya os he dicho, escondido en una aventura que algunos podrían tachar como paranormal o de terror.

Además, el juego sabe ser consecuente con él mismo. La mayor parte del tiempo la pasaremos en conversaciones o en secuencias, mientras que las fases jugables no dejan de ser transiciones para seguir avanzando, aunque muy entretenidas. La lógica abunda en esta aventura gráfica, siendo muy difícil quedarse atascado y no abusando de los puzles complicados (como hacen otros) sin motivo. The Cat Lady sabe que quieres avanzar para seguir conociendo la trama, por lo que no pone barreras demasiado gruesas para que puedas hacerlo, pero tampoco deja que todo sea un paseo sin más en un ejercicio del que ya podrían aprender muchos otros ejemplos del género.

El juego tiene un mensaje implícito muy claro, que hace que al terminar puedas llegar a entender el porqué de lo mostrado. El por qué el título comienza siendo macabro y terrorífico para terminar siendo humano y profundo hasta unos límites pocas veces tratados. Mi recomendación es absoluta y, si podéis, dadle una oportunidad porque no creo que os arrepintáis ni lo más mínimo. No os dejéis engañar por su estética o no creáis que es una simple "aventura gráfica de terror". Si os llama la atención o si queréis vivir una experiencia humana e íntima con temas que pocas veces son tratados en los videojuegos, lanzaros a por él.