Terror en la alpha de Among to Sleep

Hace poco más o menos un año que nuestro queridísimo Jaume Esteve nos hablaba aquí en MundoGamers de Among to Sleep, una aventura en primera persona cuya principal particularidad era la de estar protagonizado por un niño de dos añitos. Se retrataban por entonces las palabras de los noruegos de Krillbite en referencia a su juego:

Te sumerge en la ilimitada imaginación de un niño. La perspectiva es familiar, pero son pocos los que pueden recordar con claridad lo que se sentía"

La pasada semana Krillbite liberó una versión alpha en la que desde Windows, Linux o Mac podremos probar de primera mano lo mucho que promete este Among to Sleep, del que, por cierto, se está comentando el llevarlo también a PlayStation 4. Mientras ejecutaba el proceso de instalación, recordaba alguna que otra modificación de Slender que se basaba en la idea de este juego, controlando un bebé gateando a lo largo de su oscuro hogar. Sí, eran ejercicios sumamente cutres y de lo más oportunistas que se aprovechaban del original concepto que hoy nos ocupa... pero vayamos a lo auténtico.

Nuestro osito aparece desde dentro, empapado y casi ahogado. Con esfuerzo consigue asomarse, y mientras lo aferramos con fuerza, nos dice que debemos buscar a nuestra madre. La escena es verdaderamente impresionante, y con una fuerza que contrasta con la inocencia de los elementos que la componen. Lo peor de todo es que somos conscientes de que todo lo que nos rodea en términos de imagen y sonido viene potenciado por los miedos del bebé, y esa esencia hace que todo el videojuego sea mil veces más terrorífico que cualquier survival horror actual.

Amont to Sleep continúa, dejándonos jugar un buen trecho hasta que salta el vídeo que nos anuncia todo lo que veremos en el juego final. Lo que hemos podido probar sentencia que vamos a estar ante una verdadera maravilla del entretenimiento, un producto que arriesga, que apuesta por una idea original y a priori risible si pensamos en el concepto terror. No obstante, Among to Sleep es posiblemente uno de los videojuegos más acongojantes que he tenido el placer de echarme a la cara.