Tengo PS4 y voy a pillarme una Xbox One X
Con una fecha de lanzamiento fija el próximo 7 de noviembre, un precio de 499 euros y la promesa de mantener todos los servicios que han ido añadiendo poco a poco a Xbox One, la pasada Scorpio, ahora conocida como Xbox One X, ya tiene todo lo necesario para ser una realidad en casa.
Una realidad que, lamentablemente, no ha sido igual de bien vista por todo el mundo. Mientras una parte del público se dejaba llevar por el hype, otra la miraba con algunas dudas lógicas y otra iba haciendo números para comprarla de paquete, un amplio sector del público, junto a algunos nombres de la competencia, han atacado un lanzamiento que debería ser motivo de alegría para todos los jugadores, ya sean de Xbox, PC, Nintendo o Sony.
Cuando se anunciaron Nintendo NX, Scorpio y Neo
Hace exactamente un año afeaba la coducta de Microsoft al adelantar un anuncio que ni siquiera tenían meditado con una project Scorpio que se metía en el ajo para hacerle la competencia a una Neo -posteriormente Playstation Pro- que estaba a punto de salir y una Nintendo NX -actualmente conocida como Switch- que se preparaba para su puesta de largo en sociedad. Afeaba la conducta de los de Redmond porque me parecía que no era el momento ni el lugar para empezar un pulso o un concurso de quien la tenía más grande -tetas o pene, pueden elegir ustedes- cuando la competencia ya tenía las máquinas en producción y ellos ni siquiera tenían el concepto
Pero ahora es ahora
Playstation Pro ha salido al mercado un poco sin pena ni gloria, Nintendo switch ha sorprendido a los de Kioto con unas ventas de salida que no podían ni imaginar. Y ahora sí, con las dos consolas en el mercado, es el momento de mirar a Microsoft y ver qué tiene por ofrecer. Entenderéis, por tanto, que si hace un año me cabreaba y cargaba tintas contra los de Redmod, es justo y necesario que ahora cargue tintas contra algunos nombres que parecen haber olvidado lo que es el juego limpio, y unos aficionados que casi parecen fanáticos integristas que no son capaces de ver más que la paja en el ojo ajeno.
No voy a dedicarle mucho tiempo a Jim Ryan y su falta de elegancia al atacar directamente a Microsoft diciendo que nadie quiere juegos viejos para luego anunciar un re-re-remaster de un juego de Play 2 que ahora se disfraza de remake en manos de un estudio ajeno. Sólo diré que acaban de justificar la necesidad de la retrocompatibilidad de Xbox One y avivar el cabreo de muchos jugadores ya veteranos que estamos hasta las narices de comprar una vez y otra, y otra, y otra el mismo juego con la pijadita de la generación de turno.
Tampoco voy a profundizar los supuestos pactos de Sony con algunas third parties para que no apuren los juegos al máximo en Xbox One X. Sin pruebas no hay delito, pero como comentaba hace unos días Phil Spencer, si esto es verdad, no es una forma sana de competir. Una cosa es contar con una exclusividad temporal o incluso total sobre un juego y otra muy diferente capar a los usuarios de una plataforma para que la tuya no quede obsoleta a ojos del resto. Y no, como usuarios deberíamos unirnos todos para decir que esto no es lo que queremos, porque no es sano, no es bueno, y no tiene justificación cuando, últimamente, las third parties están trabajando duro para exprimir al máximo las posibilidades de PC.
Voy a profundizar en ti
En ti, amigo videojugador o amigo compañero de prensa. En cómo desde el sector de los jugadores y la prensa estamos dando una idea errónea de lo que necesita la industria al desmerecer el esfuerzo de una potente y nueva consola, trabar su avance con noticias maliciosas o acosos y derribos en redes sociales, o exprimir una información con distintos raseros según sea el logo que luce la carátula del juego.
Si sentís los colores os invito ir al fútbol, pero el mundo de los videojuegos necesita ser un terreno neutral, un territorio en el que hablemos de lo que hay y cómo lo hay, y que, así como hace un año yo era el primero en criticar a microsoft y hace dos ponía a parir a Ubisoft, sepamos recular y aplaudir el esfuerzo cuando veamos un cambio como el que ambas compañías han sufrido, la una profundizando más en sus juegos y la otra en sus servicios y el trato al jugador a la espera de poder recuperar esos anuncios de exclusivos triple A que tantos les estamos pidiendo.
Por qué quiero una Xbox One X
Vamos a intentar centrarnos en la certeza y el ahora, en lo que es y no en lo que queremos que sea o nos venden que queramos que sea. En la certeza, en el ahora, Xbox One X es una pedazo de consola con una potencia brutal, pijadas de lujo como su tamaño o su sistema de refrigeración y unas posibilidades que, hasta la fecha, no habíamos visto en la industria. Añadidle un precio bastante ajustado que sin duda bajará en unos meses y un público fiel que va a seguir apoyando a la firma y nos encontramos que los 36,2 millones de Xbox One que hay en el mercado según Xbox France son motivo más que suficiente para contar con que a la plataforma aún le queda un buen futuro por delante, sobre todo cuando cuenten con el público de Xbox One X entre los que, si consigo ahorrar lo suficiente, me encontraré.
Ahora podemos meternos a discutir quién mea más lejos o a quién le dura menos la regla, que si no hay exclusivos en el horizonte, o lo de Scalebound fue una putada, pero la realidad al final es que cualquiera que se haga a día de hoy con una Xbox One se va a encontrar con un servicio genial, con una suscripción que regala juegos de mucha calidad y cosas como el EA Access que permite jugar a títulos de EA gratis a cambio de un pago -paradojico, lo sé- mensual, o el Xbox Game Pass que te da acceso directo a más de 100 títulos a descargar con los mejores clásicos de One y 360 -y pronto la primera Xbox- a cambio de 10 pavos al mes.
Yo soy, ante todo, videojugador. Como videojugador se me hace la boca agua al pensar que si mañana me hiciera con una Xbox One podría jugar directamente a todos los Gears of War, Halo 5: Guardians, Re-Core, Quantum Break, el primer Titanfall, Halo Wars 2 y Definitive Collection, D4: Dark Dreams Doesn't Die, Ori and the Blindforest, Forza, Everspace o Sunset Overdrive, por poner algunos ejemplos. Añadid a eso la lista de Xbox Game Pass y los que están por salir: Crackdown 3, Sea of Thieves, The Last Night, Black Desert, The Artful Scape, Playerunknown's Battlegrounds, Super Lucky's Tale, Ori and the Will of the Wisps, Deep Rock Galactic, Project Darwin, Cuphead, Ashen, Forxa Motorsport 7 y, por supuesto, el que para mí es el complemento perfecto para Days Gone de Playstation 4, el exclusivo de Xbox One y windows 10 State of Decay 2.
No sólo eso, si en noviembre me hiciera con una Xbox One X se me hace la boca todavía más agua pensando en que podría jugar a todo eso y a todos los third parties que ahora juego en PS4 pero con mucha más potencia, mayor rendimiento y con un aspecto envidiable tal y como se ha podido ver con Anthem, Assassin's Creed Origins o Metro Exodus, que por mucho que algunos se estén relamiendo y frotando las manos porque, 'jajaja, en Digital Foundry dicen que los vídeos no iban totalmente a 4K nativos', se trata de resultados alpha y aún tienen que mejorar todavía más.
Alegrémonos de tener tantas opciones
Me dejo en el tintero la apuesta por los mods de la compañía, bastante más potente que la de la competencia en consolas, o la oferta del juego cruzado con Nin tendo a la que Sony ha dicho que no 'para proteger a los niños' -algo peliagudo cuando pensamos que Nintendo ha dicho sí-, pero creo que lo que venía a decir ha quedado claro y no es necesario seguir dando motivos por lo que merece la pena dar el salto.
No quiero terminar este texto sin pediros, si no ya unos mínimos de empatía, sí un poquito de inteligencia. No ganamos nada jurando lealtad de sangre a nuestra compañía y atacando a la competencia con saña, disfrutando cuando se les pone trabas. Como usuario de PS4, me atrae mucho lo dicho anteriormente sobre One porque es como empezar una nueva generación con el catálogo ya bien repleto, pero lo mismo os diría a los usuarios de One: es un buen momento para pillar una PS4 y aprovechar todo lo que tiene ya en el mercado.
A ver si nos entra en la cabeza: nos conviene que las plataformas crezcan, sean productivas y evolucionen. No sólo porque la competencia es sana para que nos traten bien, sino porque cuando aparecen máquinas nuevas y las anteriores bajan de precio, nos encontramos con todo un catálogo y una forma de juego por explorar. Y esto es maravilloso.
¡Nos leemos!
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