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Tan solo la Dama de Negro y el Monumental sellan sus labios al hablar en Demon's Souls Remake, ¿por qué?

Pactar con el diablo
Por Adrián Suárez Mouriño

El otro día explicaba que la interpretación de Demon’s Souls de Bluepoint nos ha dejado con unos personajes extrañamente expresivos, mucho más humanos y definidos. Esta cuestión se nota especialmente cuando hablamos con el Guerrero Alicaído. También es ahora extrañísimo que, teniendo rostros tan definidos y gestos tan marcados, tengan diálogos tan robóticos. Cada vez que dejamos algo de nuestro inventario al recaudo del tipo que lo guarda nos repite: “tienes un corazón de oro, no dejes que te lo roben”. Anda, pavo, vete a jugar a Kingdom Hearts y déjame tranquilo. Antes no pasaba nada con esta repetición, pero ahora...

 

Y no es que esté especialmente contento con esta cuestión. Le quita ese toque de pesadilla o de sueño indefinido del original. Antes parecía que estábamos soñando con estos personajes, y que su forma de actuar, tan tosca, nebulosa, sin mover los labios e inexpresiva respondía a eso: a que todo era una pesadilla dentro de una pesadilla.

 

Sin embargo, hay algo que me ha llamado la atención. Ni la dama de negro ni el Monumental mueven los labios. Es decir, en ambos casos, los tejanos han mantenido lo que ocurría en el juego original; pero claro, esta decisión ofrece una información extra que elimina parte del misterio del juego.

 

A continuación, leves insinuaciones de hacia dónde han de ir vuestras pesquisas acerca de la historia del juego

 

Si solo el Monumental y la dama no mueven los labios, implica que son criaturas de la misma naturaleza, que están aliados (puede), que son seres (quizás) con un mismo padre. Es ahora más sencillo poner al jugador sobre la pista de esta cuestión, en especial cuando el guerrero alicaído te empieza a decir que te están manipulando, que has caído en su juego. Ahora es más comprensible saber que los dos son aliados o, si no lo son, comenzar a pensar por qué (resolver esta cuestión es de las más interesantes del lore de Demon’s Souls, y no os voy a estropear vuestras deducciones). Antes no sabías si te engañaba el uno o el otro u otro personaje del juego, porque todos estaban al mismo nivel, pero ahora…

 

 

En el juego original, todos los seres aparentemente humanos tenían ese mutismo como elemento común; entonces, ¿eran humanos? ¿Cómo hablaban? ¿Cómo los oíamos? Una cuestión que tenía, además, muchísimo sentido con la forma en la que leíamos lore de los objetos, ¿es nuestro jugador el que lo interpreta todo, se lo cuentan los propios objetos? Ahora todas esas cuestiones adquieren una nueva y extraña dimensión.

 

Demon’s Souls Remake ya no es un sueño, ya no tiene esa indefinición, ahora vemos lo que hay más allá y todo es muchísimo más claro. Para el que no haya jugado al original, todas estas cuestiones ni se percibirán, pero son la clave para entender que, al final, acaban siendo dos juegos diametralmente distintos en su narración. Y ya que saco el tema de los objetos, fijaos que ahora giran, se ven en tres dimensiones, podemos verlos en toda su plenitud. Ahí también se ve esa pérdida del sueño. Y no es ni mejor ni peor, solo distinto. Muy distinto.

 

Lo que sí, me gusta comprobar cómo Bluepoint ha analizado esta cuestión y ha tomado una decisión. No ha eliminado por eliminar el inmovilismo de los labios, sino para clarificar lo que el juego te quiere contar. 


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