Super Mario Odyssey y la mezcla de géneros

Cuando como, siempre me gusta mezclar diferentes cosas para ver qué tal queda todo. Nunca he hecho combinaciones demasiado arriesgadas. Sé que el chocolate encaja a la perfección con los cacahuetes caramelizados, por ejemplo. Hay otras veces que sí me tiro de cabeza (pero con flotador) y me atrevo con combinaciones más elaboradas, como añadir naranja a mi ensalada con queso. En los videojuegos, como en el comer, pueden hacerse mezclas de lo más raras, y puede salirte muy bien, o puede no salirte.

 

En el caso de Super Mario Odyssey, estamos ante una grandísima ejecución en lo que a combinar géneros de videojuegos se refiere, y sólo con este juego el catálogo de Nintendo Switch ha mejorado exponencialmente. La semana pasada tuve la oportunidad de probar este título, que saldrá el 27 de octubre de este año, y me he dado cuenta de que es un cóctel impresionante.

 

Cuando uno piensa en Super Mario, lo que se le suele venir a la cabeza es el típico juego de plataformas, colorido y único, como es el estilo de Nintendo. Sin embargo, aquí la Gran N se acaba de quitar el sombrero (ojo, esto está muy bien traído) porque lo que ha creado ha sido una obra que, mientras la juegas, no sabes a qué genero pertenece. Un plataformas de mundo abierto con toques de exploración que encajan a la perfección.

 

 

Desde hace unos años, el género del mundo abierto está arrasando hasta tal punto de que lo mejor y lo más deseado del mercado forma parte de él. Horizon Zero Dawn, The Legend of Zelda: Breath of the Wild, The Witcher 3... Juegos que al final se convierten en unos roba tiempos, porque tienes tanto que hacer que no puedes permitirte ningún juego más hasta que los completas al 100%. Así de enfermos estamos, y Nintendo lo sabe. Por eso se acaba de marcar un Psyonix: “Sabemos que esto y esto funcionan muy bien por separado, así que vamos a juntarlo”. ¿Y qué nos sale? Rocket League. O en el caso de la compañía nipona, Super Mario Odyssey.

 

Creo firmemente que Switch merece la pena con este juego de por sí. Parece como si no necesitase nada más (y también debo decir que entre éste, Breath of the Wild o Mario + Rabbids, estamos sumando muchos puntitos) porque ha creado un híbrido que funciona, que atrae y que nos encanta. Así sí funcionan las combinaciones.

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