Super Mario Odyssey y la importancia del primer nivel
Se ha escrito y dicho de todo sobre el primer nivel del mundo inicial de Super Mario Bros., una lección de diseño de la que Miyamoto habló hace un par de años para Eurogamer y en la que todo está pensado, desde el primer goomba hasta el tamaño del Mario pequeño. Es una distribución minuciosa de la información para que absorbas las bases del juego mediante la experimentación y evitando todo tipo de tutoriales. Además, es algo que se ha ido reproduciendo en la serie.
En el primer nivel de Super Mario World empiezas contra el número exacto de Koopas para realizar el combo que suma una vida, cuentas con los primeros caminos secretos y ya manejas a Yoshi, en Galaxy aprendes a recoger estrellas con el Wiimote incluso antes de la secuencia inicial, en 3D World descubres las bondades de la tranformación en gatete con un primer nivel plagado de muros altos y, yendo a lo que nos ocupa, en Odyssey aprendes a manejar a Cappy, a Mario y a entender cómo funciona el juego durante sus primeros compases.
Después de la secuencia inicial viajas al Reino Sombrero, un primer paraje en el que Nintendo te cuenta mucho aunque apenas te diga nada. Empiezas con un Mario sin gorra que debe alcanzar a Cappy subiendo a una colina para luego descender por ella, y en esa pequeña porción de terreno ya puedes aprender de la experimentación descubriendo que esta vez Mario no tiene un movimiento para correr sino que gana velocidad al bajar pendientes, que hay otros NPC con los que interactuar, que nuestro fontanero puede nadar y que el entorno se presta a reaccionar a tus acciones gracias a unos arbustos en los que puedes saltar pero que solo eliminas usando el salto bomba.
Luego es el turno de Cappy, la gorra que se suma a tu equipo y que te anima a explorar en un nuevo segmento lleno de monedas escondidas que solo obtienes al lanzarla. Prácticamente todo reacciona a ella (cajas, mástiles, postes, flores) pero lo hace de distintas maneras. Evitando ser explícita, Nintendo ya te está diciendo que esto va de experimentar, de lanzar a cappy a ver qué pasa. También se esconden los primeros secretos con monedas bien escondidas y no es hasta la siguiente zona cuando empezarán a llegar los primeros enemigos. Pero tranquilo, todo es un tutorial perfectamente gradual y escalonado.
La primera hora de Super Mario Odyssey es prácticamente un aprendizaje continuo, como si el nivel 1-1 de Super Mario Bros. se extendiera por distintos mundos hasta que llegas al Reino de las Arenas donde, si alguien lo dudaba, sigues aprendiendo. Independientemente de lo que venga después, es indudable que la maestría de los padres de Mario sigue de buena salud a la hora de exponer la información durante los primeros compases del juego. No es cuestión de que el mundo esté lleno de sorpresas, lo importante es que seas tú quien las descubra.
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