1. Mundogamers
  2. Noticias

Super Mario Odyssey y Cuphead: dos formas diferentes de ver el género

Las plataformas en 2017 vs las plataformas en los 90
Por Rafa del Río

El género plataformas parece más vivo que nunca. Tras la promesa de Yooka-Laylee de recuperar el estilo de los años 90, el magistral Maldita Castilla Ex de locomalito y el regreso de Sonic y Crash Bandicoot con Sonic Mania y Crash 'n' Sane Trilogy, el oro se lo disputan algo nuevo y algo viejo: Cuphead y Super Mario Odyssey. Dos formas de ver las plataformas en ambos extremos cronológicos de su historia y que guardan similitudes precisamente en los contenidos que los alejan como videojuegos. 

 

super mario odyssey y cuphead 1

 

¿Los extremos opuestos se tocan?

Bueno, como diría mi profesor de ciencias naturales: 'hijo, aquí nos tocamos todos' pero tranquilos que no van por ahí los tiros. Si analizamos cada juego por separado, Super Mario Odyssey es modernidad en estado puro, el fruto de la evolución constante de una saga que se remonta a 1983 con perdón de los pinitos anteriores del fontanero italiano de Nintendo. El juego de Switch es innovación por los cuatro costados con más de todo y extra de jugabilidad. Un título que traspasa sus humildes orígenes y trata de dejarlo claro con la nueva versión del baile de Break Dance en forma de luces, ciudades, mundos, criaturas, personajes y, en definitiva, todo.

 

Por su parte, Cuphead es amor puro por lo retro. A su inspiración en el plataformas evolucionado de Three Wonders de 1991 se une esa estética antigua a animación de principios de siglo XX. Un espíritu gráfico y visual en la que se dan la mano las técnicas de movimiento, color y estética de los principios de los dibujos animados con toda una cultura musical que acompaña a un producto impecable. 

 

super mario odyssey y cuphead 5

 

El resultado son dos juegos que ocupan el principio y el final de la historia del género de plataformas. Dos títulos huyendo en direcciones opuestas a lo que debería dictar la lógica: un Mario que corre hacia tiempos modernos lanzando su gorra y poseyendo a las criaturas de un moderno y remodelado Manhattan junto a dos Cupheads que corren hacia el pasado y reclaman para sí la herencia de uno de los géneros más aclamados del videojuego por excelencia. 

 

super mario odyssey y cuphead 6

 

Y todo esto está en pantalla

Super Mario Odyssey es moderno, quiere ser moderno, y más allá de gorras, planes de boda y mundos, resume esa ambición en la que fue la gran sorpresa durante el E3 de este año: New Donk City. Una ciudad que por un lado homenajea a Shigeru Miyamoto y su Donkey Kong, y por otro recupera la fijación del maestro con la película de Merian C. Cooper protagonizada por la criatura de Edgar Wallace. Finalmente, New Donk City cumple su papel como Nueva Nueva York, con ese toque que, a pesar de beber de los años 50, sabe mezclarse con la idea de modernidad, de avance, de sociedad perfecta y que demuestra -demostró- al mundo que Nintendo se ha reciclado y Super Mario Odyssey es más que un nuevo Mario más. 

 

Cuphead hace todo lo contrario. Recurre a la misma cultura pero desde un prisma diferente, el de la animación, tomando una parte de la historia del ocio y el arte que pueden sonar infantiles, incluso ingenuas, pero que ocultan también una cierta dureza en sus contenidos. Nos vamos así a esa forma de contar historias que nace casi de forma paralela a la primera guerra mundial y que luego va evolucionando con nuevas técnicas, animaciones y la popularización en Hollywood del aclamado Technicolor ya entrados en los años 20. 

 

super mario odyssey y cuphead 3

 

Studio MDHR consigue rascar nuestra memoria con elementos de los más profundo de nuestra infancia y hace así una reclamación ejemplar de lo que pone sobre la mesa, o mejor dicho, en nuestras pantallas. Cuphead no quiere ser nuevo, no quiere romper esquemas, no pretende revolucionar la jugabilidad... Y precisamente por eso Cuphead rompe esquemas, es nuevo y revoluciona la jugabilidad con un plataformas que es puro derroche imaginativo y una puesta en escena que es arte puro, sin más discusión.

 

No se trata de otorgar un puesto al vencedor y un adios al vencido: Cuphead y Super Mario Odyssey funcionan perfectamente juntos, como demostración de que el mundo del videojuego es capaz de comprender ambos extremos y darles gloria a uno y otro sin necesidad de colocar medallas. Por primera vez podemos decir que Platón se equivocaba y la virtud no está en la media parte, sino en los extremos más radicales que se demuestran conscientes de lo que quieren ofrecer al videojugador. 

 

¡Nos leemos!


<< Anterior Siguiente >>