Super Mario 3D All-Stars: un éxito en ventas alrededor de reacciones negativas

Super Mario 3D All-Stars ha armado revuelo desde su mismo anuncio. Un producto que contiene tres juegos clásicos del fontanero al polémico precio de 59,99€ sin añadidos notables más que una ligerísima mejora en la calidad gráfica y un escalado proporcional a la pantalla de Switch. La sorpresa nos ha llegado estos días gracias al artículo de gamesindustry.biz, que ha dado a conocer datos reales de las ventas de Nintendo durante los últimos nueve meses de 2020: la compilación de las aventuras de Mario ha vendido 8,32 millones de copias, superando títulos Triple A como Ghost of Tsushima, que en noviembre había alcanzado los 5 millones de unidades.

A pesar de que miles de usuarios echaron pestes de la compañía nipona por tal maniobra, una rabia que duró algunos días y manchó todavía más la imagen de Nintendo, se puede decir que Super Mario 3D All-Stars ha sido un éxito. Un resultado que, para muchos, era previsible, mientras que para otros ha sido algo inesperado al haber observado y participado en la hostilidad internauta. Esto se debe principalmente a dos razones que tienen mucha más importancia que el odio general a una empresa de videojuegos: la nostalgia infantil y el tiempo límite. Aspectos fácilmente utilizables cuando el público objetivo se ha trasladado de los niños pequeños a los adultos que quieren volver a vivir las experiencias de su pasado.

Por un lado, ya hablé en su momento de la nostalgia que utiliza Nintendo para conseguir la aprobación de todo tipo de edades. Desde las IP recuperadas (tales como las aventuras de Yoshi continuando el legado de Yoshi’s Island, o los Luigi’s Mansion), pasando por las consolas “mini” que enfocan a lo retro, la compañía sabe llegar a nuestro corazoncito. No obstante, en esta ocasión se ha llevado a cabo una estrategia limitadora que no solo ha dado como fruto cientos de quejas de la comunidad, sino que también ha impulsado a las ventas del juego. En este sentido, los seres humanos somos muy particulares: es más probable que nos desesperemos por comprar un título de tiempo limitado, arriesgándonos a que sea un producto más en esa montaña de pendientes que todos tenemos, que comprarlo cuando nos de el gusanillo de probarlo. Es una presión psicológica que, a nivel de marketing y ventas, funciona bien.

La eficacia de esta combinación de factores se evidencia gracias al beneficio que ha generado Super Mario 3D All-Stars, pues no solo ha vendido mucho, sino que además ha superado entregas nuevas como Paper Mario: The Origami King (3,05 millones de unidades) y Ring Fit Adventure (con 5,95 millones de unidades en el mismo periodo de tiempo; 8,68 millones en total desde su lanzamiento en 2019). Con estos datos, Nintendo ha celebrado la popularidad de la compilación del fontanero, que a su vez, tal y como afirmaba Doug Bowser en diciembre, ha formado parte de un conjunto de productos para conmemorar el 35 aniversario de la mascota de la compañía:

En la misma noticia, Bowser afirma que la estrategia adoptada con Super Mario 3D All-Stars estaba pensada únicamente para la promoción del aniversario, pues la consideraban original e ideal para compartir este evento con los jugadores:

Todo el éxito del producto, así como las palabras de Doug Bowser, no quitan que la compañía haya dado un paso algo arriesgado, pues aunque les haya salido bien en cuanto a números, hay parte de la comunidad que se siente estafada. Por otro lado, y a pesar de que el presidente de Nintendo America especifica que ésta no será una maniobra que utilicen mucho en el futuro, no me extrañaría que hicieran lo mismo para otras franquicias de la marca. David conjeturaba sobre una compilación de algunas entregas de The Legend of Zelda y, visto que se acerca el aniversario, no descarto que se repita la estrategia. Evidentemente, las cifras funcionan, ¿pero hasta qué punto ignorarían a la comunidad?