Street Fighter VI tiene que volver al anime si quiere comerle la tostada a Dragon Ball FighterZ
Street Fighter V Champion Edition es una maravilla por número de luchadores, elementos estéticos, escenarios y equilibrio. Por fin y definitivamente, la quinta entrega canónica de esta longeva saga de lucha es lo que se proponía ser, ¿pero a qué precio? ¿Es popular a día de hoy Street Fighter V? Pues no tanto como se le supondría tras una exitosa cuarta entrega.
El videojuego de lucha que lo petado en PS4, Xbox One, PC y Switch ha sido Dragon Ball FighterZ. Podríamos resumir su éxito a que detrás del proyecto está Arc System Works o que un juego con cuarenta Gokus no puede hacer otra cosa más que arrasar, pero el juego tiene mucho más.
Dragon Ball FighterZ es bonito, emociona. Es muy agradable verlo en acción, sus ataques son impactantes y la ejecución de sus combos es premiada con escenas preciosas y potentes. Sin embargo, Street Fighter V es feote, sus modelados están extrañamente deformados, sus ataques especiales no son rotundos y a través de los trajes con los que podemos vestir a Ryu y a los demás, el juego ha derivado al humor en lugar de a la épica; te impide fliparte, como mucho reírte un poquito. Y eso es un error.
Muchos somos los que recordamos Street Fighter Alpha con muchísimo cariño, y no es porque su plantel estuviera muy equilibrado o tuviera muchos luchadores, sino porque nos empujaba a emocionarnos. Sagat se tocaba la cicatriz al ver a Ryu, Ryu y Ken chocaban sus puños y podíamos combatir con ambos contra Bison. Era muy emocionante. Era un anime tremendamente emocionante.
Dragon Ball FighterZ hace todo eso pero muchísimo mejor y apoyado por la tecnología actual, y nos lleva a momentos espectaculares al jugar bien. Es por ello por lo que ha logrado convertirse en un videojuego medianamente mainstream al que merece la pena echarle un tiempito, porque recompensa con pura moloneidad.
Street Fighter VI tiene que recurrir a esto, tiene que ser anime, recordar lo que hizo en Street Fighter Alpha, copiar la puesta en escena de Dragon Ball FighterZ y plantar ahí su sensacional estilo de lucha. Ryu tiene que berrear como si hubiera pisado un clavo con el pie descalzo al lanzar su kame hame ha, Ken tiene que incendiar el escenario con su shoryuken y Edmond Honda tiene que destrozar el escenario cuando se lanza en plancha.
Pedir esto parece algo superficial y frívolo, pero no lo es. Estamos hablando de juegos de lucha, de personajes que se parten la cara, de una escena que se resuelve en pocos segundos a mamporros, de energía pura y sí, de teatro, de actores que representan su papel para emocionarnos.
Es muy posible que con la llegada de las nuevas máquinas, Street Fighter VI se anuncie. Como siga con este estilo gráfico tan sobrio seguirá a la sombra de FighterZ, pero como le plante cara en sus mismos términos, ojo.
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