1. Mundogamers
  2. Noticias
  3. X360

Still There o cómo el ajedrez o las cartas son potentes armas de comunicación con una máquina

Hablando con HAL
Por Adrián Suárez Mouriño

Still There es un videojuego especial y que se puede enmarcar dentro de la corriente seguida por Papers, Please o Do not feed the monkeys: querer explicar al avatar a través de rutinas que lo deshumanizan mientras las ejecuta. En el caso de Still There nos vamos al espacio, perdidos a una lejana estación espacial con la única ayuda de una IA listilla.

 

Solos, y echando mucho de menos a nuestra familia, la IA nos recuerda que se nos paga en función de tareas rutinarias que tenemos que realizar: comprobar esto, chequear lo otro… Contamos con varias salas por las que movernos a modo de menú representado por una ilustración, interactuamos como lo que tenemos a la vista, charlamos con nuestra IA y sobrevivimos un día más.

 

 

Still There es atractivo a la vista. Se propuesta estética combina muchos guiños vistos en películas de ciencia ficción ya míticas y que también tratan la soledad especial, con el cómic. El juego busca ser aburrido a propósito a veces, melancólico otras y, en algunas contadas ocasiones, consigue hasta ser esperanzador.

 

En estos guiños que hace a obras míticas de la ciencia ficción, hay uno que me ha gustado especialmente. Como no podía ser de otra manera, la inspiración más tremenda es la de 2001: Odisea en el Espacio. La IA es una suerte de HAL que también nos permite jugar con ella al ajedrez. Lo interesante de llevar esta cuestión a un videojuego es que echar una u otra partida de ajedrez contra esa IA nos permite establecer un discurso con ella a través del juego, de lo lúdico.

 

La IA nos marca las tareas, nos obliga a cumplirlas, nos premia y nos castiga, pero también nos permite echar con ella un ajedrez, rompiendo con su seriedad y permitiendo conocernos mediante un código libre y común.

 

Si estáis jugando a Death Stranding, habréis encontrado un refugio con un fan de Ludens. Este término ‘ludens’ se extrae del libro de Johan Huizinga ‘Homo Ludens’, en el que se habla de que el juego, en cualquiera de sus formas, es la base primigenia, iniciatica y fundacional de las sociedades, de la cultura y de la misma comunicación. Si pones a dos seres vivos inteligentes frente a frente que no saben cómo hablar entre sí, jugarán para comprenderse. Eso se consigue con el ajedrez en Still There.

 

Es por esa potencia, por esa sensación de que sí estamos verdaderamente hablando con un PNJ, por lo que resulta tan apasionante este ajedrez. Si no habéis jugado a Still There, pensad en los juegos de cartas de Final Fantasy VIII y Final Fantasy IX, ¿no os daba la sensación de que podíais llegar a conocer a los personajes contra los que jugabais por qué cartas usaban, su maestría al hacerlo y si os ganaban o perdían?

 

 

Los juegos dentro de videojuegos son una potente forma de hablar con quien solo tiene cuatro textitos a modo de diálogos

 

Además del uso del juego, o metajuego, como forma de comunicación, Still There funciona en lo que se propone. Tiene varios problemas de usabilidad, le cuesta mucho hacerse entender y que comprendamos qué botones hay que pulsar para hacer según qué cosas. Muchas veces, los clichés o referencias devoran y pisan la idea original sin permitirle sentirse como nueva, pero hay espacio, hay soledad, hay la batalla de un humano contra una IA representada por rutinas de trabajo y hay ajedrez. Y por cierto, no he conseguido ganarle todavía.


<< Anterior Siguiente >>