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Spelunky: un reto al servicio de la aleatoriedad

Plataformas old-school
Por José Manuel Fernández "Spidey"

Si bien Spelunky nos llega a hora a Xbox Live Arcade, fue en 2008 cuando pudimos disfrutar por vez primera de esta curiosa obra de Derek Yu, reputado autor independiente cuya mayor virtud en sus trabajos -dejando de lado la más que demostrada calidad de la práctica mayoría de sus producciones- es la de presentar de manera gratuita sus juegos. Sí lo hizo con Eternal Daughter, el genial I’m O.K. y con la primera versión del título que hoy nos ocupa: Spelunky. Por contra, en Xbox 360 sale al precio de 1200 Microsoft Points… unos catorce euros que, desde luego, no salen tan satisfactorios de gastar a sabiendas de que la versión original para PC no cuesta nada, por mucho que en el remake nos topemos con un par de nada desdeñables modos multijugador.

 

Spelunky 2

 

Con todo, Mossmouth, la compañía de Derek Yu, ha trabajado lo suyo en pos de que en consola no nos encontremos lo mismo que en el programa de 2008. Si bien se mantienen todas y cada una de las premisas jugables del Spelunky gratuito, el código ha sido refinado y optimizado con el objetivo de que el juego luzca mejor que nunca, mostrando unos gráficos en alta definición que son pura delicia, al más puro estilo de los dibujos animados. Por lo demás, Spelunky sigue siendo el mismo juego y, por consiguiente, una delicia que, aún con el precedente de tener una versión gratuita pululando por ahí, bien que merece la pena desembolsar esos 1200 puntos en un lanzamiento tan redondo.

 

Para el que no lo sepa, Spelunky bebe del clásico de  MicroGraphicImage "Spelunker", un videojuego que vio la luz originalmente en 1983 para los ordenadores de 8 bits de Atari y, posteriormente, pasara a convertirse en una licencia de la mítica Broderbund que llegara entre otros sistemas al Commodore 64, MSX, NES e incluso a los salones recreativos. Al igual que el nuevo programa de MossMouth, Spelunker nos ponía en la piel de un valiente aventurero que debía recorrer una descomunal caverna en busca de tesoros. A modo de curiosidad, decir que Sony lanzara para la PSN de PlayStation 3 un remakhe llamado Spelunker HD (Mina de Spelunker en Japón)… pero nuestro Spelunky va por otro camino.

 

 

Aunque básicamente la estructura es la misma, el gran mérito de Spelunky -y en gran medida su base de diversión- es la de presentar en cada juego un mapeado que en nada se parecerá al de la anterior partida, generándose aleatoriamente las cavernas y, por ello, propiciando un reto sin viso alguno de quedar obsoleto. Para progresar, contamos con bombas con las que abrirnos paso, cuerdas que nos ayudarán a subir a sitios fuera de nuestro alcance, un látigo con el que poder eliminar a los mortales enemigos… y un buen puñado de objetos que irán saliendo a nuestro encuentro. Todo será poco en un desarrollo que, salvando las distancias, nos recordará al desequilibrado y maléfico Dark Souls en términos de dificultad y desafío.

 

La vuelta atrás en el tiempo que supone el desafío y la metodología lúdica de Spelunky lo hacen de lo más encantador, amén de que, como juego, su estructura es como poco digna de elogio. No obstante, nuevamente nos podemos encontrar en la tesitura de que, a poco que indaguemos algo y escarvemos en el pasado, contemplaremos que antaño se fabricaban doscientos mil títulos a la usanza del que hoy nos trae Derek Yu. De ahí ese particular y amargo regusto que tienen a transmitirme algunos refritos actuales con las miras puestas en otros tiempos, máxime cuando sus méritos jugables -innegables en Spelunky- son profesados como si difícilmente pudiésemos encontrar algo mejor en los actuales catálogos. Una dicotomía que juega a tres bandas entre lo retro, lo indie y las anodinas formas de entretenimiento de hoy día, y en la que no nos cabe otra que ser objetivos a tope sin por ello perder nuestra sana visión de la más sana de las subjetividades.

 

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