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Soy Batman y me lo creo

La sensación de ser el auténtico Caballero Oscuro
Por Álex Pareja

Batman Arkham Knight llegó al mercado la semana pasada después de protagonizar una campaña publicitaria que pronunciaba unas palabras muy concretas: “Sé Batman”. El juego, al igual que todas las demás entregas de la franquicia llegaba para ofrecernos una aventura excelente en la que, efectivamente, controlamos al mítico personaje. Pero su finalidad principal no es la de convertirse en un simple “simulador del Caballero Oscuro”, a pesar de conseguir acercarse a la perfección a esa sensación. Y en eso me quiero centrar hoy.

 

Puedes ser Batman con Arkham Knight y así lo he sentido. Es así de sencillo. También era una sensación evidente en los anteriores juegos de la franquicia, pero hay que reconocer que ciertos aspectos de este nuevo título provocan que ahora sea mucho más creíble ponerse en la piel del héroe. El apartado técnico tan espectacular hace que el personaje se sienta más real que nunca, al unirse junto a ciertos aspectos psicológicos que le acompañan a lo largo de la historia y que no detallaré por evitar los spoilers.

 

 

Muy pocos juegos, por no decir ninguno, han conseguido que me crea tanto que estoy en la piel de un personaje como esta saga de videojuegos y esta obra en concreto. Hace unas semanas os comentaba la virtud con la que también contaba el reciente The Witcher 3 Wild Hunt para animarte a interpretar a Geralt de Rivia, para intentar responder y afrontar las diferentes decisiones tal y como pensábamos que lo haría él mismo y no tanto como una decisión única y personal del jugador. La sensación con Batman es parecida, pero mucho más centrada en la jugabilidad en sí que en las secuencias o en la narrativa más explícita.

 

Los movimientos del Caballero Oscuro son creíbles, el movimiento y respuesta del mando es magnífico y lo bien que está tratado el personaje ayudan a que, por ejemplo, siempre juegue a todos los títulos de la saga “andando” cuando hay que desplazarse en escenarios interiores o ante ciertas situaciones concretas. Puede parecer un gesto sin importancia pero no lo es, porque significa muchísimo. Que el jugador, por sí mismo, tome la decisión de desplazarse andando y no utilizando los sprints y demás herramientas típicas para llegar al destino lo más rápido posible (lo hacemos todos con casi todos los juegos) es una virtud indudable. Yo me creo que soy Batman y por eso camino despacio en ciertas circunstancias. Por eso me sitúo detrás de un enemigo y espero para aterrorizarlo antes de acabar con él. Por eso espero a que un grupo de enemigos me ataque antes de lanzarme rápidamente a acabar con ellos.

 

Porque yo soy Batman.

 

Sé Batman

 

El propio juego sabe invitar al jugador a interpretar y a ponerse en la piel del detective (porque no es un “héroe” al uso) y da gusto hacerlo. Por eso el Batmóvil, esté mejor o peor implementado en distintas situaciones, era algo que muchos jugadores deseaban y sugerían para el siguiente juego de la franquicia: queríamos tener acceso a todas las herramientas y dispositivos con los que realmente cuenta Bruce Wayne. La capacidad de hacer entender al jugador qué es peligroso y qué no también es digna de estudio. Eres consciente de hasta dónde puede llegar Batman y también lo utilizas, creando situaciones como las que he comentado anteriormente. ¿Te tienes que enfrentar a un grupo muy reducido de enemigos desarmados? Sabes que eres muy superior a ellos y actúas en consecuencia. ¿Te encuentras en una situación con varios enemigos armados? Sabes que no eres invencible, así que toca utilizar el sigilo y el miedo (que sigue siendo el arma principal de Batman) antes de generar un enfrentamiento abierto.

 

Esa es una de las mayores virtudes de Batman Arkham Knight y de los anteriores juegos de la franquicia, y por eso son y van a seguir siendo auténticos referentes. La capacidad que tiene el juego para que realmente sientas que eres Batman y actúes en consecuencia, como si de un niño pequeño con su muñeco nuevo imitando las escenas de alguna de las películas se tratase, es una sensación única y mágica. Todos deberíais experimentarlo alguna vez y no creo que os arrepintáis lo más mínimo.

 

Sé Batman, porque esta vez puedes. 


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