South Park trata maravillosamente la identidad de género en Retaguardia en Peligro
Adoro South Park y me gusta mucho cómo su esencia se ha trasladado a Retaguardia en Peligro. Lo que te cuenta esta serie siempre tiene dos capas: la superficial, la del humor grueso de una sociedad vulgar, hilarante e idiota, y otra, la que emite moralejas y conclusiones sentidas y razonadas acerca de los problemas que se dan por culpa de lo mostrado en la primera. South Park: Retaguardia en Peligro usa la primera capa para reírse de las series de superhéroes, de las redes sociales y de la falsa felicidad que otorga la popularidad, pero usa la segunda para hablar de problemas de identidad sexual, de lo difícil que es conocerse a uno mismo en realidad y lo frívolo que es ocultarse tras una máscara, tras internet o tras tantas otras estupideces de nuestro tiempo. Sí, en serio, lo hace.
Llevo ya bastante tiempo haciendo el ejercicio de huir de la creación de personaje de ‘hombre blanco ideal, robusto y guapo’, del esteoritipo clásico, aburrido y trasnochado de héroe, buscando en su lugar la preparación del protagonista lo más feo posible, lo menos ‘héroe’ que me permita el juego. Elijo también ser de sexo femenino para descubrir si el título da también posibilidades románticas a este, si cambia algunas respuestas que se me dan por mi decisión de género y por cómo lo hace. Os animo también a hacerlo, hay algunos juegos japoneses que cambian las respuestas de algunos de sus PNJ por ser tú mujer que son vergonzantes. También hay otros, como Mass Effect, que te acaban entregando un mejor Sheppard, en mi opinión, al ser Fem-Sheppard.
En South Park he elegido que mi héroe sea afroamericano, advirtiéndome el juego, como todos ya sabéis, que mi vida iba a ser mucho más difícil. Me quedé un tanto descontento al ver que Retaguardia en Peligro no me dejaba elegir nada más, no podía elegir mi sexo. Y empecé a jugar. Las primeras horas del videojuego te ponen en la piel de un superhéroe que se está formando como tal, teniendo que recorrer el pueblo en busca de distintos personajes que te ayuden a construir tu trasfondo.
Es muy divertido comprobar que para ser alguien tienes que conseguir muchos seguidores en Instagram, ponerte máscaras para ser un buen superhéroe y obtener mentiras sobre ti que otros te dan y que tú haces tuyas como si fueran verdades. Todo eso queda apuntado en tu hoja de superhéroe. El juego te pide que te construyas así como avatar y componiendo, como decía, su capa superficial de humor y de idea de sociedad.
Pero de repente ocurre algo. Me encontré con Mr. Mackey, el tutor de los niños, y como parte de esa ficha de construcción de personaje me preguntó por mi sexo. Las opciones no eran dos, eran tres, la última era ‘sin género’. Siguiendo con mi filosofía de escoger siempre un tipo de personaje que huya lo más posible del habitual, para ver cómo reacciona el juego, escogí este último. Me esperaba un chiste al respecto, pero no. Mr. Mackey se sentó a mi lado y me dijo algo parecido a cuando escogí ser negro al principio del juego: ‘tu vida va a ser muy difícil, mucha gente no te comprenderá, pero sé fiel a ti mismo. Ánimo’.
Me quedé de piedra, conmovido por esa segunda capa que me apasiona de South Park, y por confirmar con cada paso que doy por esta estupenda aventura la reflexión que guarda. Parte de los coleccionables consiste en encontrar pósters yaois, alguno de sus personajes se declara abiertamente gay y otro esconde dibujos de la misma índole en su habitación, siendo en teoría heterosexual. Retaguardia en Peligro plantea un contexto hostil a través de su humor para luego hablarte con normalidad de los problemas relativos a la identidad de género, y a la propia de cada humano.
Puede que esto os parezca una tontería o que estoy buscando una profundidad moral donde no la hay, pero la forma tan madura en la que se aborda con esta cuestión, sin juzgar, y preparando de una manera tan particular el contexto en el que se trata, hace de South Park: Retaguardia en Peligro un título ejemplar.
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