Sobrecarga de plataformas sociales PC
Acabo de descubrir Jogobox, una nueva plataforma online donde encontrar decenas de videojuegos gratuitos que van desde simplistas juegos en flash a viejas glorias abandonware. Todo muy legal, sano y elegante. Ponerse a jugar a One Must Fall 2097 a estas alturas de la vida es una experiencia reveladora que recomiendo a todo el mundo. De lo que me percaté al instalar el software para acceder al sistema en mi equipo es del aluvión de iniciativas de este tipo que tengo albergadas para poder jugar a lo que me interesa.
Yo soy amante de una sola mujer, y desde siempre Steam ha sido mi centro de operaciones a la hora de obtener contenido digital. Pero entonces llegó el Origin, y nos tuvimos que convertir en forzosos usuarios poligámicos si queríamos disfrutar de determinados títulos cuya ejecución pasa por tener que lanzarlos desde el sistema de EA. Pero es que miro de reojillo y también tengo por ahí Desura, el bazar independiente por antonomasia con un montón de iniciativas amateur y cientos de mods para juegos para aquellos a los que les gusta escarbar en las profundidades del software lúdico underground.
Y no cuento con el hecho de que siempre está dándome la murga el intrusivo iTunes con el que gestiono las compras de mi iPod que, aunque su uso sea totalmente independiente al de mi ordenador, también requiere pasar por el aro. Pero espérate, que acabo de recordar que por ahí debo tener Uplay, el sistema para los juegos de Ubisoft del que hace poco se supo que tenía más agujeros que un colador. Pero seguro que si sigo escarbando tengo más basurilla instalada por ahí.
Lo peor es que me pongo a pensar en el futuro y lo que supuestamente debería regirse por la instaurada tendencia tecnológica del “unifica y vencerás” se está descentralizando cada vez más. Tengo miedo de Microsoft y lo que pueda hacer con Windows 8 en cuanto a su integración con los servicios de Xbox, amén del intrusismo que puede imperar en el sistema operativo si tengo que asociar cuentas y servicios de mi equipo a mi consola forzosamente. A eso súmenle toda la película del Smart Glass, el mercado emergente de las Smart TV y las propuestas de cara al futuro sobre el uso de Android en dispositivos de sobremesa.
Servidor lleva muchos años en esto y en plazas peores ha toreado, pero cualquier usuario menos curtido en todo esto debe echarse las manos a la cabeza con tanta metodología 2.0 aplicada a los videojuegos. Da la sensación de que los desarrolladores no velan por la simpleza y concreción a la hora de conceptuar sus entramados tecnológicos. Está el asunto de la piratería y el de fomentar la comunidad, pero qué quieren que les diga, ni voy a obligar a mis amigos a que se instalen todos los servicios que tengo yo para poder jugar a mis videojuegos ni creo que le saque partido a tal marimorena de software. Ese idílico mundo de una sola plataforma de juego universal parece más lejano cada vez.
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