Sobre conexiones permanentes y parches
Hablemos de actualizaciones. Charlando el otro día con un amigo de la infancia, salió el tema del antológico suicidio mediático de Don Mattrick como máximo responsable de Xbox One. Fue un duro golpe para una consola que todavía tenía que salir, una máquina que ha vivido un camino más tortuoso que el de su principal competidora. Pero, años vista, diría que se logró amortiguar el golpe.
Vender la característica Always-On como algo positivo fue algo tan difícil que hizo que finalmente la gente de Redmond se sometiese a la demanda popular y tirase esa idea abajo. Desde entonces, todo ha ido a mejor. No tenemos que actualizar Steam, Uplay y Origin una de cada tres veces que entramos, únicamente se instalan parches en aquellos juegos esencialmente online y muchos tiramos con la versión del sistema 1.00 de PlayStation 4. ¿No?
Sé que estoy siendo hipócrita.
Evidentemente no es lo mismo poder disfrutar de un mantenimiento periódico de nuestros productos sin la necesidad imperante de tener conexión, que tener un nuevo elemento decorativo en casa si, por lo que sea, estamos sin internet. Pero lo que quiero sacar a relucir es la misma pregunta que surgió con mi amigo y, ya que estamos, que os la hagáis vosotros/as.
¿Sueles iniciar un juego sin instalar el nuevo parche disponible? Ambos respondimos que no. Me atrevería a decir que es un vicio común entre muchos usuarios; siempre queremos disfrutar de la mejor versión. Juegos como Bloodborne o The Witcher 3 en consolas merecen tenerse actualizados, visto el mimo y la mejora observable que reciben con el tiempo. Lo lógico es descargar el parche.
La trampa en todo esto está en que queremos aquello por lo que denostamos a Mattrick, siempre y cuando nos dejen elegir. Y tras algo tan evidente como querer jugar mejor, entramos en el siguiente bucle vicioso que ha dado por dar a luz este texto: los tiempos muertos. Opciones como la descarga automática de actualizaciones, si eres miembro de PS Plus, pueden salvar los muebles, pero por lo general yo, mi amigo y tú, lector/a, tendemos a descargar y esperar.
¿Dónde nos lleva esto?
Quizás la verdadera pregunta sería si no estamos ya ahí. Por circunstancias de la vida, crecer implica tener menos espacio para el ocio. El tiempo es oro. Perderlo esperando para poder jugar a Hitman con todas sus funcionalidades, a Street Fighter V aunque no quieras echar un online o a que Metal Gear V: The Phantom Pain descargue su parche de X GB porque te apetece volver a vivir su historia es algo que hacemos, aunque sea con otros nombres.
El mundo del videojuego es online y la desconexión, aunque existe, también es cada vez más residual si tienes consola. Quizás ahora mismo, en algún lugar, Don Mattrick está con la mirada perdida mientras dibuja una media sonrisa. Sin embargo yo, acabo de actualizar el sistema de PlayStation 4 a la versión 4.01. He leído que no trae grandes cambios y que es opcional, pero oye, prefiero instalarla.
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