Sí, Until Dawn es uno de los mejores juegos del año
No llegó en el momento más propicio, a solo unos días de distancia de uno de los mayores lanzamientos de la industria en muchos años. No esperábamos demasiado de él, teniendo en cuenta su campaña publicitaria y lo mucho que parecía querer enfocarse al público más casual. No parecía, bajo ningún prisma, que fuese a aportar nada demasiado relevante en la industria. Pero a día de hoy creo firmemente que Until Dawn es uno de los mejores juegos del año, y por eso mismo está presente en mi lista de GOTYs personal.
Sigue existiendo la sana costumbre de dirigirse al cine con amigos o familiares para ver la última película de terror que hayan estrenado. Sabemos que va a ser, probablemente, un gran despropósito y vamos a sentir mucha vergüenza ajena, pero también es cierto que sabemos a lo que vamos y por eso termina siendo una excursión disfrutable. Until Dawn nace con unas intenciones parecidas, aunque intentando tomar como propio algunos de los elementos de las películas de terror de antaño, menos serias y que dejaban a un lado conceptos psicológicos o religiosos con la única intención de pegar unos buenos sustos a los espectadores de forma sencilla y ya está. Un slasher sin pretensiones, con una cabaña perdida de la mano de dios, unos adolescentes y un psicopáta con ganas de acabar con ellos.
Until Dawn toma como propio un sistema de juego que vimos en otros títulos realizados por David Cage y su equipo de Quantic Dream, como Heavy Rain o Beyond Dos Almas, que muchos aficionados al mundo de los videojuegos odian por muchas razones que no pueden discutirse. Utilizar un sistema jugable tan simple, apoyándose en los Quick Time Events y en las decisiones para que todo el mundo (incluso aquellos que no son jugadores habituales) puedan disfrutar de su propuesta. El problema es que muchos terminaron odiando esa manera de hacer videojuegos por los títulos que la ejemplificaban, que no eran precisamente obras maestras.
Pero el último trabajo de Supermassive Games se distancia de todo lo que habíamos visto hasta el momento en ese tipo de obras, dejando atrás la necesidad de querer ofrecer un guion digno de la mejor película de Hollywood (y fracasando estrepitosamente en el intento) y sin ninguna intención de querer cambiarnos la vida ni de que lloremos de emoción con sus escenas más importantes. Until Dawn, simplemente, quiere que te sientes delante de la televisión, solo o acompañado, y veas una película de terror en la que tú eres el protagonista y tus acciones determinan la vida o la muerte de cualquier personaje que aparece en pantalla. De repente, un juego que parecía tan sencillo en su concepción (y que en realidad lo es) coge todos los trabajos antes mencionados y demuestra que se puede hacer una experiencia inmensamente disfrutable por los jugadores más casuales y también para los más veteranos.
Until Dawn demuestra muchas cosas, en primer lugar a los jugadores, que seguramente se hayan sorprendido al terminar de jugar de lo mucho que les ha gustado la experiencia a pesar de que tiene muchos elementos que han criticado duramente en el pasado. Pero es precisamente todo aquello que buscábamos en esos juegos tan serios que prometían tantas cosas y que se quedaban a medias; decisiones que afectan realmente al devenir de la trama, giros de guion muy interesantes, sustos y risas aseguradas... Pero Until Dawn también demuestra mucho a los propios desarrolladores de videojuegos, que creían que el público más hardcore rechazaba estas propuestas porque no quieren ver "películas interactivas" repletas de Quick Time Events. Y no es que los jugadores no puedan ni quieran disfrutar de estos elementos jugables tan criticados, sino que deben incorporarse de manera óptima a los juegos, como Until Dawn demuestra con soltura y con maestría. No odiamos a los QTE ni las decisiones que no llevan a ninguna parte; odiamos los juegos que no saben utilizar bien esos elementos.
Por estas y por muchas razones más, Until Dawn demuestra que es uno de los mejores juegos del año.
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