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Si la guerra de las consolas llega a China...

Tonto el último
Por Víctor Junquera

Por culturilla general se sabe que China es un país especial, un área gigantesca y superpoblada del globo que vive cerrada a todo tipo de interferencias culturales externas a pesar de que la mayoría de los negocios del resto del mundo pasan por aquí, incluyendo el de los videojuegos.

 

A pesar de que las actuales consolas como Wii U, Xbox 360 o PlayStation 3, al igual que muchos aparatos electrónicos se fabrican en China por aquello de abaratar costes, desde el año 2000 está vigente un veto para la fabricación, importación y venta de todo tipo de consolas de videojuegos. ¿La razón? Un total de siete ministros chinos que publicaron el edicto dictaminaron que los videojuegos suponían un daño potencial al desarrollo tanto físico como mental de los jóvenes, algo que surgió a raíz de una revuelta de padres furiosos porque sus hijos perdían demasiado tiempo con los dichosos aparatos del demonio.

 

Desde luego, no ha sido culpa de las consolas cuando a partir de ese momento el boom de los juegos de PC llegó a China, y tal es así que se han llegado a convertir en una superpotencia de todo tipo de juego online. El año después del inicio de la prohibición el mercado de juegos online recaudaba en China más de 100 millones de dólares. El veto no funcionó, pero a día de hoy las consolas siguen baneadas del país.

 

ique

 

Aunque todas las grandes compañías han intentado establecer negocios en China, tanto Sony como Microsoft como Nintendo han fracasado y siguen sin poder comercializar sus consolas en el país de forma ordinaria, pero no todo es tan negro como un mundo sin videojuegos.

 

Aprovechando un vacío legal, Nintendo ha instaurado en China su marca iQue, comenzando con el iQue Player que no es una consola de videojuegos tradicional, sino un reproductor de un software específico descargado en una tienda (previa adquisición) que permite jugar a juegos de Nintendo 64 tales como Ocarina of Time, Mario 64 o Super Smash Bros., enchufándolo directamente a la tele.

 

Las cotas de piratería ascienden hasta niveles ridículos en China, y con la entrada de la iQue DS, que como imaginaréis no es otra que la Nintendo DS normal, la venta de software es algo casi utópico teniendo en cuenta la cantidad de cartuchos que existen para cargar copias de seguridad, las mismas que se han comercializado por todo el mundo y que tanto daño han hecho a la venta de software en Nintendo DS. Desde luego, la apertura de China al mercado convencional de videojuegos no haría ningún bien al abrir tantísimo las puertas a la piratería, pero si se regularizase la venta de productos por parte de Sony, Nintendo y Microsoft, es de suponer que también podrían ponerle barreras a ese gran mal.

 

ique dsi

iQue DSi se lanzó a la venta en pack con Nintendogs preinstalado. Para ellos sería como Cooking Mama.

 

Hoy, se habla de que el veto a las consolas podría levantarse, pero para ello deberían ponerse de acuerdo todos los poderes ministeriales que acordaron la prohibición en su día. No es una labor fácil, pero el paso de los años les ha dado material de estudio suficiente como para comprobar que, evidentemente, los videojuegos sólo tienen capacidad para atontar a gente que ya de por sí está bastante mermada, mientras que a muchos otros, como quienes nos criamos con ellos, nos han otorgado una coordinación superior, el desarrollo de la imaginación o incluso un buen nivel de inglés para aquellos de la época de «o aprendes inglés o te jodes.»

 

Que el videogames-ban de China se levantase podría traer consecuencias inesperadas para la industria. Desde luego, las tres principales creadoras de hardware se verían muy beneficiadas por esto a la hora de vender sus consolas en un mercado tan pasional como el japonés pero cuatro veces más poblado que el norteamericano, y una entrada correcta en China podría llevar a un cambio en las tornas de esta guerra de las consolas que lleva décadas librándose.

 

Son un público difícil, desde luego. Nintendo ya tiene un pie dentro del país con iQue, pero no podemos dejar de lado el filón de la marca PlayStation que abunda en los alrededores, como en Hong Kong. Y desde luego, con una comunidad tan hecha a los juegos de PC, Microsoft parte con la ventaja de un catálogo capaz de satisfacer sin duda alguna a todo tipo de público ya acostumbrado a los videojuegos.

 

Pero claro, un éxito masivo en China podría llevar a una consola violada y pirateada internacionalmente con las consecuentes pérdidas por el lado del software. Todo puede pasar si la guerra de las consolas llega a China.


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