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Sherlock Holmes ya no me gusta tanto

Elemental
Por Kysucuac

El personaje de Sherlock Holmes me ha fascinado desde que era pequeña. Claro que por aquellos entonces desconocía la mitad de las características y rarezas del detective original. Es lo que tienen las adaptaciones, que te venden a un personaje pero no te lo cuentan todo. Como esos trailers en los que no te enteras de nada, o los que nos ponen a la hora de vendernos un videojuego, donde las imágenes son alucinantes pero no son un gameplay ni de lejos. ¿Verdad, World of Warcraft? Si es que hay vídeos que te llegan al alma y otros que ya tal… de ese segundo grupo se ha escapado el de Sherlock Holmes: The Devil’s Daugther.

 

Yo no sé qué pasa, que siendo Sherlock Holmes un personaje tan admirado por tantos, sus videojuegos se han quedado siempre bastante por debajo de las expectativas. Y eso que ha habido títulos buenos, pero ninguno que llegue a destacar como un gran juego. ¿Por qué? ¿Qué le pasa a Sherlock Holmes? ¿Acaso no hay materia prima suficiente como para sacar algo en condiciones? Haciendo un repaso a todas las adaptaciones, me he dado cuenta del error: La magia del detective de Baker Street desaparece al explicarla.

 

Un ejemplo claro de la frase tan absurda que acabo de soltar son las películas protagonizadas por Tony Stark. Digo, por Robert Downey Junior, quien, precisamente, parece estar haciendo del millonario detrás de Iron Man en las obras de Guy Ritchie. El personaje de Sir Arthur Conan Doyle es, ante todo, enigmático. Cuando Sherlock Holmes deja de ser un enigma, pierde carisma. Tiene su lógica, ¿no? Pero, la pregunta interesante es… ¿Cuándo y por qué deja de ser un enigma?

 

En las películas, el momento exacto en el que el detective inglés pierde su “magia”  se da cuando, por primera vez, hace una explicación. Holmes nos deja ver cómo funciona su cabeza, cosa que no sabemos de él con exactitud hasta ese instante. Cuando conocemos las mecánicas que hacen funcionar su enigmático cerebro, deja de ser tan enigmático. Algo que Benedict Cumberbatch sabe, o lo saben los guionistas de Sherlock, la serie de la BBC. Pero, volviendo al tema películas de Iron Man y videojuegos… Eso es lo que tienen en común Robert Downey Junior y la saga de Frogwares: Si conocemos a Sherlock Holmes, deja de ser Sherlock Holmes.

 

En el caso de los videojuegos, es mucho más sencillo darnos cuenta de cuándo se rompe la magia del personaje. En el momento en el que nosotros mismos encarnamos al detective, Sherlock Holmes pierde un poco de gracia. Sí, lo sé, controlar con un mando, o con un ratón y un teclado, a un personaje es lo esencial en los videojuegos. Pero, ¿y si nos los tomáramos de otra forma? ¿Y si en lugar de protagonizar el juego fuéramos el segundón? No se moleste, querido Watson, pero igual sería una idea muy buena seguir a Sherlock Holmes encarnando a su acompañante, en lugar de transformarnos en él.

 

Sin embargo, ese inconveniente acerca de la personalidad y el carisma de Holmes no es el único problema que le veo a los juegos de Frogwares. Concretamente, con este último título que saldrá en junio, Sherlock Holmes: The Devil’s Daughter, me he quedado un poco indiferente tras ver nuevas imágenes. Igual es que yo, con el paso de los años, esperaba algo más o tenía las expectativas muy altas… Pero es que no me atrae en absoluto, parece un juego de hace cuatro o cinco años, y quizás demasiado parecido a Assassin's Creed. Por supuesto, hablo de los gráficos, que se han quedado un poco por atrás, ya que para la historia habrá que esperar a jugarlo detenidamente. No sé, echadle un vistazo al vídeo  y decidme la verdad: ¿No os parece un juego de PS3?



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