Sexismo en los videojuegos: el eterno debate

Gabrielle Toledano, una de las principales responsables del departamento de recursos humanos de Electronic Arts ha encendido el debate sobre el sexismo en los videojuegos. Asegura que las mujeres no hacen mucho por combatirlo y que culpar a la industria es una excusa fácil.

Si bien el artículo de Toledano, que podéis leer en Forbes, dice algunas verdades que me parecen interesantes, creo que también es cierto que el sector del videojuego no parece especialmente dispuesto a afrontar cambios que hagan del medio un entorno mucho más atractivo para atraer a las mujeres al videojuego. Y hablo tanto de prensa como de industria.

Toledano articula su discurso en base a tres premisas: las mujeres juegan a videojuegos, la industria quiere contratar a más mujeres y, más importante todavía, la industria necesita de ese toque femenino para poder enfocar los contenidos de sus productos hacia ese sector. Toledano, eso sí, también argumenta que la vía fácil para alejarse del videojuego es alegar que el medio es machista. Aunque ella no está muy de acuerdo, creo que tenemos ejemplos a mansalva.

El primero ilustra esta entrada y es un muy buen ejemplo de ello. Morrigan, uno de los mejores personajes de Dragon Age Origins aparecía ataviada con un modelito que dejaba poco a la imaginación. Un hecho totalmente innecesario en un personaje que tenía algunas de las mejores líneas de diálogo del título y que destacaba por una poderosa personalidad.

El hecho, obviamente, no es aislado. Ya no es una cuestión de que haya pocos personajes femeninos con peso en los grandes videojuegos, es que los pocos que ahí acostumbran a aparecer en roles en los que el físico juega un papel más que importante. No volveré a decir aquello de que el videojuego violento copa gran parte de la oferta de hoy en día pero, quiz, bien sea cierto que el enfoque de la mayoría de superventas no va dirigido precisamente a las jugadoras.

En cambio, ¿qué se encuentran? Una oferta destinada a juegos de corte casual y muy superficiales cuando conocemos casos de chicas enganchadas a Little Big Planet o un Super Mario, títulos que tienen una considerable dosis de profundidad. No son el último shooter superventas pero forman parte de esos títulos que hacen que la industria se mueva.

Pero nosotros mismos, del lado de la prensa, no debemos huir del análisis. Somos los primeros en colgar galerías de fotos de las azafatas de cada feria (¿alguien se imagina al Financial Times publicando fotogalerías de las modelos del próximo Mobile World Congress?) y los primeros en correr a publicar cada vez que un contenido subido de tono aparece por la red. Si bien el tema de las azafatas en las grandes ferias es un sujeto del que no se escapa ninguna gran industria, sí que es cierto que noticias como la de la fiesta de Gameloft con strippers tampoco ayuda a normalizar la situación.

Puede que el índice de jugadoras no sea tan elevado como el de jugadores y puede que parte de la oferta existente tenga culpa de ello. Pero tanto la industria como los medios tampoco estamos haciendo nuestro papel para armonizar esta situación. Toca ponerse las pilas.