1. Mundogamers
  2. Noticias
  3. PS4

Segundas partidas, algo no siempre necesario

The Last Guardian, Journey y Undertale
Por Julián Plaza

Por mucho que se intente concienciar con que los análisis de un videojuego deben ser más que la suma de sus partes, seguimos cayendo en ello. El contenido, los gráficos y las horas de juego que debe ofrecer una obra son un aspecto importante para muchos, un debate al que se termina llegando siempre que sacamos a relucir el precio de venta recomendado de la mayoría de estrenos. Entiendo que ocurra. Pero no termino de comulgar con la idea de que si un juego no se ofrece a ser rejugable es, por definición, peor.

 

Sí, vuelvo a hablar de The Last Guardian, un videojuego que sigue dando vueltas en mi cabeza y en la de muchos que lo han jugado. Con él he reflexionado sobre el valor de la primera toma de contacto, en el primer viaje, en la conversación inicial que tienes con un videojuego cuando todo lo que está por venir es completamente desconocido. Tengo ganas de volver a él y de ver qué tal le sienta una segunda vuelta, pero al mismo tiempo hacerlo me despierta un sentimiento profanador, como si estuviese siendo irrespetuoso con el mensaje de Fumito Ueda. No es la primera vez que me pasa.

 

 

El respeto por una obra

 

Creo que hay videojuegos que se merecen una única partida. No seré hipócrita y os mentiré afirmando que The Last Guardian va a seguir en su caja de ahora en adelante, pero barajo seriamente la opción de dejarlo a un lado hasta dentro de mucho tiempo por deferencia. Trico consigue establecer una relación insólitamente cercana con el jugador, hasta el punto de convertir ese conjunto ordenado de polígonos en un ente vivo, o en la primera representación ficticia de algo que parece estarlo. Retomar desde cero esa relación que se ha ido construyendo en torno a la confianza me resulta, hasta cierto punto, desleal con el animal.

 

Algo similar me ocurrió con Journey, una de las mejores obras que apelan por el mensaje ‘lo importante es el viaje, no el destino’. Se han vivido historias muy distintas con lo último de Thatgamecompany, únicas incluso, gracias a esa manera tan particular de comunicarte con otros jugadores en el caso de haberlo hecho. Soy de los que tuvo la suerte de realizar parte del viaje acompañado, un periplo que en su tramo final me arrebató a ese desconocido amigo que me había seguido casi desde el principio. En cierta manera, la primera partida con Journey es un pequeño tesoro que puede verse manchado con un regreso a ese desierto.

 

journey

Acompañado o en solitario, Journey deja huella

 

Tengo unos cuantos videojuegos dentro de esa lista de relativos intocables. Con Undertale, por ejemplo, no querría que las historias de Toriel, Sans y Papyrus se viesen terjivesadas por una segunda vuelta en la que seguramente tomaría la vía genocida (la antítesis del camino que tomé en mi primera partida). Con la primera temporada de Telltale's The Walking Dead, si volviese a ella no podría tomar un camino distinto en mi relación con Clementine. Hay casos, pocos, en los que la primera partida resulta tan única que los ‘replay’ pierden sentido. Quizás esté siendo romántico o idealista, pero así lo creo.


<< Anterior Siguiente >>