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Sefirot en Smash Bros. es una bestia muy fiel a su personaje original

No me toques, que te pincho
Por Adrián Suárez Mouriño

Smash Bros le tiene muy bien cogido el truco a cómo interpretar a los personajes que añade su plantel, algo que se ve con Sefirot. La cuestión no es solo cómo lo ha rediseñado, sino la expresión de su set de movimientos; ¿cómo quiere que hable este personaje con sus golpes? Por su carácter, ¿le pega ser un tanque, alguien muy agresivo?

 

Creo que este tema está especialmente bien logrado con Sefirot. En el videojuego original, Sefirot siempre se mantenía a distancia de sus enemigos y de sus amigos, algo que siempre he querido pensar que se representaba con su larga arma. Era tremendamente poderoso, contundente y esquivo. Teniendo eso en cuenta, se le ha dotado de una serie de ataques con su Masamune para saltar rápidamente contra el enemigo y luego desaparecer.

 

Cuando no ataca con la espada, puede lanzar un conjunto de magias cuyo alcance y destrucción depende del tiempo que mantengamos pulsado el botón. Es sensacional cómo genera así tensión. Siendo su oponente, te preguntarás: ¿debo correr a por él o debo quedarme quieto sin moverme?

 

Esta cuestión me gusta mucho al pensar en Cloud. A lo largo de la segunda mitad de Final Fantasy VII, su única obsesión es alcanzar a Sefirot, correr tras él cuando en realidad se estaba persiguiendo a sí mismo. No sé si Sakurai diseñó por este motivo así a este personaje, pero no dejaba de pensar en esto al probarlo a lo largo de esta semana.

 

 

Luego ya entrando en cuestiones más de Smash, Sefirot es una bestia parda. Puede extender su ala y aumentar daño y velocidad, tiene un rango de ataque insano y a la IA se la come con patatas; algo que casa perfectamente con quién es, pero habrá que ver cómo funciona en el competitivo. Por ahora, ya se puede ver a la gente alucinando con lo cheto que está, pues es un personaje fácil de manejar y que ofrece muy buenos resultados.

 

Lo que sí me ha gustado menos es el conjunto de desafíos asociados a los espíritus. Flojita la representación de Tifa o de Cid, pero algo mejor la de Yuffie y su habilidad de atraer objetos, o cómo el juego relaciona a Ifrit con Bowser.

 

De todos modos, y en líneas generales, estoy muy contento con esta incorporación. Es innegable que Sakurai ha conseguido captar la esencia del personaje y alegrarnos la semana testeandolo, disfrutando de las composiciones de Final Fantasy VII y del poderoso Sefirot.


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