1. Mundogamers
  2. Noticias

Sección de aciertos: Lo que mola de Watch Dogs en la next gen

Al final no era lo prometido, y aún así lo vale
Por Rafa del Río

El martes, mientras mi recién comprado Watch Dogs descansaba en su estuche todavía por desprecintar, escribí un artículo para el miércoles acerca de lo que funciona en los sand box y lo que esperaba encontrar en éste nuevo título de Ubisoft. ¿Por qué no lo probé directamente? Porque hay una cosa llamada deliciosa anticipación, y soy así de masoca. 

 

Lo que no acaba de cuajar.

Apenas llevo seis horas y me está convenciendo. Aún me queda mucho, pero mucho por descubrir, pero vayamos por partes: La primera media hora de Watch Dogs responde perfectamente a la definición que da el diccionario de la academia de la lengua española al término 'tortura'. No voy a haceros spoiler, lo comprobaréis por vosotros mismos, pero la historia empieza a piñón con un intento de profundidad que llega pronto y mal. El inicio de la trama es tonto, las reacciones de Ayden, blanditas; el doblaje de 'los malos' de esa intro piden a gritos que cuelguen a alguien de los tobillos, a ser posible sobre un hormiguero de termitas asesinas y bien embadurnado de miel; y por si esto fuera poco hay un personaje que se llama Jordi Chin. ¡Jordi Chin! Y no, no es una genialidad de algún traductor cataloparlante, no, es idea propia de los chicos de Ubi.

 

00WatchDogs mundogamers

Que no os vendan la moto: Watch Dogs en la next gen luce acojonantemente bien.

 

Pero no tembléis. No todavía. Éste primer mal trago no es más que una prueba de iniciación a la que la gente de ubisoft ha decidido someter a su público. Es el equivalente digital a que cuatro pringados con capucha traten de sacarte de la habitación para que entres en la hermandad Kapa Pi Delta. El rito de iniciación dura poco y la cosa no hace más que mejorar en lo sucesivo.

 

La ciudad como ente vivo.

Decía Samuel Vimes, capitán de la guardia nocturna y actual duque de Ankh-Morpork, que la ciudad es una mujer. Una mujer caprichosa y altanera que se hace con tu corazón cuando menos te lo esperas y lo estruja o acaricia según le de el día a esa perra desalmada. Algo parecido sucede con éste Chicago de Watch Dogs, que se muestra ante nosotros en todo su esplendor como un ente vivo, como una criatura mitológica a la que arrebatar todos sus secretos a golpe de smartphone y apps de pirateo y espionaje.

 

Dejándonos de poesía, pasear por las calles en la piel de Ayden es una delicia. Las vidas de los peatones se despliegan en la pantalla de nuestro dispositivo móvil mientras los seleccionamos en aras del cotilleo más vil: 'Ama de casa divorciada', 'voluntario en centro de menores', 'compra hentai por internet', 'salvó a su vecino de un incendio', 'buscado por abuso sexual'... La información llena la pantalla ayudándonos en nuestro papel de justicieros, pero eso no es todo. Siempre podremos hackear los teléfonos de los peatones 'inocentes' para escuchar sus conversaciones telefónicas, quedarnos con sus cuentas bancarias, leer sus Whatsapp o descubrir un delito en ciernes.

 

01WatchDogs mundogamers

Todo está conectado.

 

El pirateo da juego, eso es indudable, pero no todo lo que sucede en la ciudad depende directamente de los móviles. El comportamiento de los peatones, su lenguaje corporal y las situaciones que viven le dan una profundidad al Chicago de Watch Dogs que nunca antes había visto en un videojuego: hay mendigos que te pedirán dinero, con más o menos chispa, parejas comiéndose a besos en los callejones junto a borrachos orinando en las paredes; recién casados discutiendo mapa en mano frente a un edificio emblemático; amigos de universidad que llevan a uno de ellos, borracho, a casa, mientras buscan un taxi; ejecutivos que ruegan que alguien les haga una foto y posan en la más pura tradición twenti haciendo el idiota... Cada rincón de césped es un sitio en el que los ciudadanos aprovechan para tirarse a descansar, dar patadas a un balón o leer y escuchar música, cada banco invita al descanso o a que un mendigo eche un sueñecito, y mientras tanto -y esto es sólo un pequeño ejemplo de lo que encontraréis-, la información de estos sujetos se mostrará en pantalla mientras somos testigos de sus conversaciones y sus actos.

 

Un millón de chorraditas

Si la ciudad es interesante, y no os he contado ni una parte de lo visto, sus posibilidades lo son aún más. El móvil de Ayden cuenta con un buen puñado de juegos de VR que nos llevarán a disfrutar de grandes arcades mientras interactuamos con el entorno, como si tuviéramos puestas unas Google Lens. Carreras de coches, búsquedas de objetos y FPS futuristas se unen con el escenario real de Chicago para dar como resultado una versión aumentada de la realidad en la que acribillaremos extraños alienígenas mientras la gente que pasa nos mira como si estuviéramos zumbados.

 

02WatchDogs mundogamers

Arresto ciudadano con extensible. ¡Con un par! Genial la reacción de los peatones.

 

Luego tenemos los sueños virtuales, unas experiencias ilegales vendidas por traficantes en las partes más aisladas de la ciudad que nos invitarán a vivir de primera mano experiencias tan alocadas como cruzar Chicago saltando de flor en flor en un ambiente psicodélico o aterrorizar a nuestros conciudadanos con una araña robot gigante al más puro estilo Ghost in the Shell.

 

Y esto no es más que el principio. Aparte de estos juegos a los que llamar mini es hacer de menos hay mil misiones secundarias y trabajos individuales que nos ayudarán a mejorar nuestro karma, desbloquear mejoras de personaje y adquirir puntos de habilidad para un árbol de desarrollo tan extenso como inteligente: Investigar delitos, distraer a la policía, buscar alijos, destruir convoys criminales, arrestar a miembros de una banda para descubrir su escondite... Misiones que, afortunadamente, no se convierten en obligaciones reiterativas y que simplemente están ahí para que exprimamos la ciudad.

 

Y luego está todo lo demás: Visitar lugares turísticos para recoger los regalitos que otros usuarios han dejado en el buzón y hacer tu propio aporte en forma de munición, drogas o dinero. Esperar pacientemente un hackeo desde otra PS4, pasear de forma anónima hata que alguien atraque a un viandante ante mis ojos o piratear un edificio para hacerme con el control de una kinect y ver a dos chicas haciendo ejercicio mientras discuten su dieta. Como os decía, llevo seis horas jugando y aún estoy en la primera mitad del primer acto sin que el juego 'libre' me esté resultando repetitivo en absoluto.

 

Gráficos, jugabilidad y conducción.

A nadie se le escapa que el famoso downgrade gráfico que ha sufrido Watch Dogs ha hecho que muchos lo miren por encima del hombro sin darle siquiera una oportunidad. La web se ha llenado de gameplays grabados en baja y, en ocasiones, un poquito retocados. El resultado, para qué engañarnos, es que muchos, yo el primero, nos hemos planteado si comprarlo o no. Dejando claro que la versión que tengo es la de PS4 y que no me atrevo a defender las versiones de 360 y PS3 hasta que les eche un ojo, la de PS4 luce acojonantemente bien. La ciudad tiene ritmo, está poblada hsta los topes, las cosas se ven de lujo y los efectos atmosféricos son acojonantes, desde las nubes que se mueven en el cielo hasta la basura que corre por las calles, pasando por la lluvia y los relámpagos. Puede que no sea el estandarte de la next gen, pero... No, qué demonios, es un fabuloso estandarte de la next gen y pinta bien, aunque no tanto como en el infame e3 de 2012.

 

03WatchDogs mundogamers

Imagen falseada: Algunos 'medios' han downgradeado las fotos para malmeter y ser los más chachis. Puaj.

 

Respecto a la jugabilidad, tiene sus más y sus menos: El motor de parkour es demasiado sencillo y se podían haber currado unos cuantos movimientos más, las inmovilizaciones no están mal, aunque son demasiado facilonas, y los tiroteos y el sistema de coberturas está muy bien trabajado. La conducción... Aquí habrá para todos los gustos. Se agradece que la diferencia entre vehículos sea obvia tanto en el manejo como en la velocidad, el peso y la inercia de los vehículos de cuatro ruedas, sin embargo los saltos y las acrobacias son demasiado 'etéreos'. Las motocicletas siguen siendo la asignatura a aprender, como en casi todos los juegos de éste género, pero son las más realistas después de Gran Theft Auto, y recordemos que Rockstar tiene décadas de experiencia con sus GTA y sus Midnight Club. Por último, lo que sí es digno de aplauso es la introducción de una vista en primera persona desde el interior del vehículo que permite ver nuestras manos al volante y parte del salpicadero. Es una cámara incómoda, se echan en falta los retrovisores y apenas podemos girar la cabeza, pero convierte en épicas las huidas de nuestros perseguidores o algo tan simple como dar un paseito escuchando buena música mientras seguimos al camión de bomberos para ver qué pasa. 

 

Resumiendo...   

... y me dejo mucho en el tintero, Watch Dogs me ha gustado. Quiero ponerle música de Patrick Bruell, llenar la bañera de pétalos, invitarle a una copa de champán y, posiblemente, despertarnos mañana, abrazados y tratando de recordar lo que hicimos la pasada noche. Me gusta la ciudad y todo lo que contiene. Me gusta ese punto crítico -a veces dramático, a veces sarcástico- acerca de la hyperconectividad y lo que conlleva. Adoro conducir de noche por esa Chicago de contrastes, nadar por un agua que posee una de las mejores texturas líquidas que he visto jamás y cotillear a todo y a todos mientras espero para ver con qué me sorprenderá Watch Dogs en los siguientes cinco minutos. 

 

¡Nos leemos!


<< Anterior Siguiente >>