¿Se han convertido los indies en los líderes en calidad?
En estos tiempos de cambio, es habitual que los grandes estudios hablen sobre cómo la escena AAA se ha vuelto cada vez más dura y desarrollar juegos es más difícil y hay que trabajar duro porque si no te comen vivo, pero cuando reviso los principales lanzamientos me doy cuenta de que en realidad no hay tanta novedad bajo el cielo. Muchas mecánicas conocidas, muchos números acompañando a los títulos y mucho continuismo. Pero mientras analizaba la versión de PC de Nihilumbra comencé a pensar sobre cómo no podía recomendarlo para esa plataforma. No porque sea malo, sino porque se enfrenta a un catálogo de un inmenso calibre. Comencé a revisar mentalmente algunos de los grandes títulos indie de los últimos años frente a los grandes AAA y me di cuenta de algo: son la escena más competitiva de los videojuegos.
La calidad ahora está en la escena indie. La frescura está en la escena indie. Prácticamente todo lo interesante está ocurriendo en la escena indie. Simplemente este año hemos tenido Papers Please, Gone Home y The Stanley Parable formar una trinidad que exploraba nuevas vías de expresión narrativa, además de tratar temas políticos, humanos o filosóficos bajo lentes de una brutal honestidad. En términos jugables, Guacamelee me ha sorprendido por su brillante diseño y su forma de enseñar al jugador y forzarle a utilizar todo lo que tiene para progresar, mientras que Monaco: What’s Yours is Mine ha supuesto un soplo de aire fresco al género de la infiltración y Antichamber se ha aprovechado de la libertad de los videojuegos para hacer puzles que desafían la misma concepción del espacio. Cart Life y I Get This Call Every Day son dos miradas a una realidad mundana pero próxima y por momentos desagradable, y Proteus ha contribuido al debate sobre los límites de qué es y no es un videojuego.
No escribo este artículo simplemente por el placer de practicarle felaciones a los indies, sino porque quiero expresar cómo siento que han cambiado. Los que en un principio eran los pobres mendigos que comían en una esquina mientras todos pasaban sin prestarles atención ahora son la principal fuerza creativa y una de las grandes referencias de esta industria. Tal y como está la escena, se puede sobrevivir sin apenas tocar un AAA.
Y eso me lleva a una conclusión: si no dependemos de los AAA, podremos exigirles más calidad aún. La escena indie ha evolucionado hasta superar a la mayoría de los grandes estudios y ha puesto la barra muy alta, de modo que si los niños mayores no están al nivel esperado, podemos simplemente prescindir de ellos. Últimamente hemos visto cómo algunas prácticas desagradables han comenzado a tomar fuerza, pero la escena indie nos permite rechazar abiertamente esas prácticas. Recordemos que, para la industria, hablamos con nuestros monederos. Antes si los AAA eran malos, teníamos que fastidiarnos porque no había otra opción, pero ahora podemos decir “no”. Y si les exigimos calidad, tendrán que darla. Pero si nos conformamos con que Battlefield 4 tenga los servidores mal varias semanas después de su lanzamiento, si nos conformamos con las microtransacciones, esto va a ir a peor.
Los indies nos ofrecen una oportunidad. Tomémosla.
<< Anterior Siguiente >>