Scalebound mola, pero aún está muy verde
Scalebound ha puesto sobre la mesa justo lo que queríamos ver: un JRPG con acción, dragones y un componente multijugador que asomó al final del trailer. No sé a vosotros, pero a mí me recordó muchísimo a los últimos Final Fantasy, al XIV, en concreto en sus pintas, con esos enemigos tan estilizados; y también al XV con ese combate en tiempo real en la campiña. Se dijo que en Scalebound veríamos lo que mejor saber hacer Platinum, y esto no es otra cosa que imprimir a sus juegos un ritmazo brutal a sus combates; pues bien, eso no es lo que hemos visto.
Los puntos fuertes que ha mostrado Scalebound es ser un juego de rol en entornos más o menos abiertos con peleas contra dragones, bichos grandes y también morralla del montón; sin embargo, ese combate venía estucturado por los rigores de un juego de rol digamos clásico: ataques al aire que impactan porque sí, combos con animaciones robóticas y que se suceden como si fueran la pulsación de un único comando. A la hora de ver los ataques contra el boss, esa cámara que corrió a enfocarlo fue un gesto de innecesaria generación pasada y el combate pareció una mezcla entre un Monster Hunter y un JRPG random. No quiero decir con esto que el combate me haya parecido un mojón, solo que me ha parecido el combate de un JRPG, refiriéndome a los estatismos propios del género y a videojuegos recientes como Xenoblade Chronicles; lo dicho, no es criticar porque un Xenoblade Chronicles es justo lo que necesita tanto la Xbox One como la PS4.
El juego también mostró detalles raros como la poco elegante manera de lanzar esa trampa eléctrica para paralizar al monstruo contra el que combate o la IA tontorrona de los enemigos que por ahí aparecían, además de volver a tomar conceptos ya conocidos, como ese brazo dragón o la transformación del protagonista en otro ser. El problema que le he visto a Scalebound no es el juego en sí, sino la manera de mostrarlo, ahí hay mucho potencial, pero parece que han enseñado un vídeo en el que el protagonista aún no tiene ninguna habilidad para pelear bien, lo que lleva al juego a mostrar esas batallas tan estrictas; y es que no hay combate en sí, puesto que parece que todos los enemigos huyen del protagonista o no se quieren enfrentar a él, además de que el dragón hace todo el trabajo.
Scalebound aún está muy verde, aunque su premisa es chula, mucho. ¿Un ActionRPG en el que la experiencia parece que puede ser cooperativa por entornos abiertos de la mano de Platinum? Claro, póngame diez, pero lo que se ha enseñado en el trailer ha sido con mucha, mucha desgana en comparación con las declaraciones que se han ido haciendo sobre el juego, porque es otra cosa, una sobre de la que, de nuevo, me quedo con ganas de saber más porque con lo visto no me he quedado del todo satisfecho. ¿Y cómo me quedaría contento? Pues cogiendo lo que se ha visto y añadiendo el combate que Kamiya sabe hacer, no este.
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