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Ryse: Son of Rome y Metacritic

Tenemos que cambiar nuestra perspectiva sobre la página
Por Dayo

Ryse: Son of Rome, blablablá, juego cutre, blablablá. Lo hemos hablado ya unas cuantas veces: Crytek hizo una demo técnica que no se llevó muy buenas notas. Hace poco, sin embargo, el director de Microsoft Studios Mike Ybarra, quien estuvo implicado en el desarrollo del título, explicó en una entrevista con OXM el particular caso que se había dado con las notas: “hemos visto a muchos jugadores decir que les gustó el juego. Si miras en Amazon, nos puntúan con 4 o 5 estrellas”.

 

“Pero espera”, diréis. “Ryse: Son of Rome tiene un 60 en Metacritic ¿cómo es eso posible?

 

Durante el lanzamiento del título y la obligada ristra de análisis que surgieron para despedazarlo, un comentario habitual que vi en páginas como 3DJuegos o IGN España fue “pues a mí me gusta”. Mucha gente criticaba las malas notas diciendo que habían sido demasiado duras (aunque curiosamente con otras sagas piden que sean más duras, de modo que no sé qué pensar), y eso me recuerda a otra lección que me dieron mientras estudiaba cine: cualquier argumento que puedas ofrecer sobre la calidad de una obra, por bueno que sea, puede contrarrestarse diciendo “pues a mí me gusta/no me gusta”.

 

Hay veces en las que simplemente ocurre, se alinean los planetas, miras a los ojos a una obra y los pájaros comienzan a cantar “bésala”. Y ella es más fea que pegar a un padre, pero aún así da igual: es algo inexplicable que va más allá de lo racional.

 

Y eso no es algo que tengamos muy asumido en este nuestro medio.

 

Algo que me sorprendió cuando hice un análisis valorando Alan Wake fue que varios comentarios me decían que debería dejar claro que esa era mi opinión y que hablaba en términos absolutos como si dijese la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. A veces se nos olvida, pero al fin y al cabo un crítico no es más que una persona con sus propias opiniones, filias y fobias. El problema no es que expresemos nuestras opiniones como absolutos (al fin y al cabo, tenemos que mostrar confianza a la hora de argumentar, ya que si no caeríamos en un terreno gris de “da igual, es sólo MI perspectiva”), sino que el público las percibe como absolutas.

 

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Y aquí es donde entra Metacritic. “Es un tema complicado en nuestra industria”, explica Ybarra. Esa página de puntuaciones da más problemas de los que resuelve, y les ha costado a más de uno el sueldo. Hay muchísima presión por parte de las grandes compañías para conseguir una nota alta en Metacritic, y los PR o los desarrolladores tienen bonus económicos ligados a ciertas puntuaciones. En otras palabras, la gente se juega muchísimo con algo tan difícil de definir como una nota.

 

¿Es entonces Metacritic un problema? No exactamente. Como dicen Jim Sterling y Adam Sessler, el problema no es la página en sí, sino el uso que se le da a la página. Metacritic es un punto de consenso, un lugar donde se reúnen algunas de las críticas de los medios más importantes sobre ciertas piezas de contenido audiovisual, y hacen una media con esas críticas para intentar dar una visión general sobre la mentalidad de la prensa hacia esas piezas. Es un concepto maravilloso, pero se ve corrompido por la mera incomprensión.

 

Recordemos que esto es un punto de unión de opiniones que hace media. Y, como enseñan las matemáticas, para llegar a 4 hay muchos caminos: dos más dos, cinco menos uno, veinte entre cinco, cuarenta entre diez, cuatro por uno… Las opciones son, literalmente, infinitas. Digo esto porque dos juegos pueden tener una misma nota por motivos totalmente distintos. La propia nota de Ryse: Son of Rome en Metacritic es un ejemplo de ello: la crítica le da un 60 en base a 73 puntuaciones y el público, un 59 en base a 824 puntuaciones, pero la prensa tiende más a decir que es mediocre mientras que con el público es un juego polarizador.

 

Cualquier persona que haya estudiado estadística en secundaria sabe que los porcentajes no siempre son exactos y hay variaciones y márgenes. Metacritic intenta resolver esto poniendo cuántas opiniones son positivas, cuántas negativas y cuántas neutrales, pero honestamente ¿quién presta atención a esas barras, verdad?

 

Ese es el problema.

 

Captura de pantalla 2014 02 17 a las 17.50.23

 

La gente sólo ve el color. Sólo ve que Call of Duty: Ghosts tiene un 71 de reluciente amarillo en PS3, pero no ven que esa opinión se base en cinco notas positivas y cinco notas neutrales. Esto es algo que se remite a una de las quejas más habituales de cualquier crítico con el que habléis en vuestra vida: la gente salta directa a las notas y pasa olímpicamente de la argumentación que lleva a esas puntuaciones.

 

Pero también está el valor de esas notas. Una vez hablé con un periodista que también trabajaba criticando películas y me contó que a la industria del cine le da prácticamente igual que notas pongas. Adam Sessler opina lo mismo de la industria de la música: hay mierda por todas partes, la crítica habla fatal de esos subproductos, pero al final da igual porque aún así vende ¿y por qué es eso?

 

Probablemente porque la crítica de cine y música no están tan enraizadas en sus medios.

 

Os haré una pregunta sencilla ¿a cuánta gente conocéis que vea películas o escuche música? Incluso con regularidad o que tengan una colección respetable, da igual. Ahora ¿a cuánta gente conocéis que compre revistas especializadas en esos medios? Personalmente no conozco ni una sola, y repito que he estudiado cine. En cambio ¿a cuánta gente conocéis que juegue a videojuegos, y de esa gente cuántos leen revistas/visitan páginas especializadas?

 

El cine y la música están presentes en la vida de la gente: vemos tráileres en la televisión y por la calle y escuchamos los últimos éxitos en las radios, los bares y las discotecas. En cambio, para saber qué videojuegos hay, tienes que poner más de tu parte. La prensa tiene muchísima más presencia en este nuestro medio, y por eso la industria se preocupa más por lo que tenga que decir.

 

Nos vendría bien un cambio de mentalidad y dejar de ver Metacritic simplemente como una nota. Yo hago muchas referencias a la página, pero lo veo como una suerte de reflejo y nunca como un dogma. Jamás he tenido en cuenta la opinión de Metacritic para realizar una sola compra: como he dicho, lo veo como un lugar de consenso y opinión, y eso debería ser. Al menos podríamos dejar de fijarnos simplemente en la nota y ver qué es lo que nos ha llevado a ese punto, ya que de otro modo podemos llegar a tener resultados muy feos. Obsidian Entertainment habría obtenido un bonus económico si Fallout: New Vegas hubiese sacado un 85 o más en Metacritic. Su juego tiene un 84.

 

Eso es todo.


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