Round 1: PlayStation Meeting vs Xbox Reveal
Sony no enseñó la consola y todos quedaron tristes; Microsoft enseñó la consola y todos quedaron tristes. Diablos, íbamos a quedar tristes aunque unos hubiesen resucitado a Trico y los otros a Killer Instinct: llevamos una rachita en la que no estamos contentos con nada, y lo raro habría sido que nos gustase algo de lo que visto en Redmond o Nueva York. Dentro de unos meses, cuando salga la máquina, unos y otros fichando en sus respectivas tiendas con el fajo de billetes y a fliparlo en casa. ¿Sabéis lo bonito de toda la historia? A pesar de todo, seguimos siendo un poco niños con los videojuegos, y eso está bien.
No obstante, ¿qué nos queda? Ha comenzado la batalla de la nueva generación por fin y unos y otros han desenvainado con sus respectivas máquinas y los distintos retos a los que enfrentarse durante los próximos días. Faltan veinte días para el E3, y Xbox One ya es una realidad tan palpable como la de PlayStation 4. ¿Quién va ganando por el momento en la carrera? ¿Quién ha subido el tanto al marcador en el descanso? Supongo que cada uno tendrá su opinión formada, pero si queréis conocer la mía, creo que Sony de momento parte con ventaja. Moderada, pero ventaja.
El hecho de que se enseñase o no la consola en su momento, francamente, me importa más bien poco. Lo que sí se enseñó fueron juegos, y se enseñaron un buen puñado y se habló largo y tendido de ellos. Luego podremos discutir que si lo que se vio era jugable, si no lo era, o si un mangurrían con un mando en la mano nos habría causado una mejor impresión que un vídeo con mejores intenciones que tu abuela con un bocadillo en la mano a las cinco de la tarde, pero al menos te cuesta decir todo el catálogo de juegos (y bastante variados, por cierto) que se mostraron en el Meeting.
En el Reveal, en cambio se han enseñado siete en una hora. Decir que de esos siete, por cierto, cuatro son deportivos (dos de ellos que en nuestro mercado prácticamente ni interesan), uno es Forza 5 del que no se dijo prácticamente nada, Call of Duty Ghosts que probablemente no sea el mejor ejemplo para demostrar la potencia de One y Quantum Break, lo nuevo de Remedy de la que no sabemos prácticamente nada y de la que únicamente podemos confiar en su curriculum. Así, dicho rápido y mal y demostrando mucho menos de lo que demostró PlayStation 4 en febrero. De hecho, ¿ha demostrado algo en materia lúdica One?
No obstante, aquí jugamos con un campo que nadie está teniendo en cuenta: el tiempo. Del 20 de febrero a principios de junio Sony debía conseguir dar un mensaje que realmente impactase a los jugadores de todo el mundo y que los obligase a hablar de ello durante meses. Creo que para bien o para mal lo han logrado. Microsoft, en cambio, únicamente necesitaba adelantar temas a contar en su conferencia de dentro de veinte días para aligerarla e ir por faena. ¿Podemos, entonces, afirmar que se ha conseguido? Es pronto para decirlo, pero desde Redmond ya se está avisando que en el E3 veremos toda la matraca de juegos, o sea que algo del feedback del usuario ha debido llegar, desde luego.
En definitiva, y acabando con el primer capítulo de la nueva batalla generacional, todavía no sabemos si con la quema de barcos de Microsoft conseguirán hacer una mejor conferencia en Los Ángeles, pero si con lo de hoy realmente nos ahorramos la chapa de canales multimedia y tonterías de Kinect para cambiar de televisión a juego, de juego a música, de música a codo y de codo a culo, entonces, habrá valido la pena la bronca que han recibido por parte de unos y otros. Si por el contrario en junio nos encontramos con parlanchinerías de siempre de los canales multimedias y demás milongas de deportes y espectáculos americanos que aquí ni olemos y que nos sacan de quicio durante veinte años de streaming cada año, entonces, tendremos motivos para enfadarnos.
Ahora las espadas están en alto, y en las redes se discuten las muchas informaciones que se están disparando desde Washington. Será cuestión de horas (o días, esperemos que no) ponerlo todo en orden y lograr algo de tranquilidad. A ver quién puede tranquilizarse durante los próximos días: vamos a vivir un periodo sencillamente apasionante.
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