Risen 3 se nos pone marinero marinero... Arr

No sé en qué pensaba Koch Media, o Deep Silver, o quién narices fuera culpable de esa nota de prensa que aseguraba que Risen volvía a sus orígenes alejándose de la vida pirata. La realidad es bien distinta, hasta el punto en que a veces pensaremos estar rejugando a su predecesor aunque, eso sí, con mejoras gráficas y escenarios más grandes y detellados. Sea como sea Piranha Bytes ha vuelto, y lo ha hecho haciendo lo que mejor sabe, construyendo un juego que pasará sin pena ni gloria ante la mayoría de los medios, pero que a los aficionados a su estilo nos dejará más que satisfechos.

 

Arr, marinero de agua dulce.

Risen 3 vuelve a sus orígenes, es posible, pero lo hace a la esalda de su predecesor Risen 2 repitiendo personajes, escenarios y casi trama. Tras los acontecimientos vividos en los capítulos anteriores los mares del sur han dejado de ser el campo de batalla de los titanes para convertirse en botín de conquista de sus señores. Las diversas islas están siendo atacadas por la oscuridad, que asola el escenario y lo invade de criaturas infernales, y ni siquiera los poderosos cazademonios son capaces de evitar lo que parece un más que probable fin del mundo.

 

En medio de este desastre entra en escena nuestro protagonista eterno, el héroe sin nombre, a quien un señor de las sombras ha dejado para el arrastre tras arrebatarle su alma. Tras ser "resucitado" por el sempiterno Huesos, deberemos empezar de cero para recuperar todo lo que nos ha sido arrebatado; nuestras habilidades, nuestra fuerza, nuestra vida, y ya puestos nuestro buque y la tripulación que lo poblaba. Al menos podremos vagar a voluntad por el inframundo, y eso siempre está bien.

 

 

¡A las jarcias!

Piranha Bite repite esquema porque les funciona: tres facciones a las que unirse, una historia que se va escribiendo según avanzamos, aunque tampoco es que importe mucho, y todo ello plagado de personajes bipolares y chicas pechugonas con caretos que hacen daño a la vista. Una vez más el héroe sin nombre recorrerá los escenarios en busca de hierbas, cofres, malvados y víctimas sin orden ni concierto para avanzar en un título que mejora lo ya visto sin que a nadie se le ocurra encender los fuegos artificales, y a pesar de todo, tal vez por culpa de ello, Risen 3 vuelve a enganchar a los fieles a su causa. 

 

Y es que Piranha Bytes le ha cogido el truco a ese rollo de lograr colar sus juegos. Todo eso de empezar siendo un mierdecilla para el que hasta una pelea con un pájaro es un reto imposible y ver como poco a poco evolucionamos hasta convertirnos en supersaiyanes capaces de entablar un mano a mano con un golem sin despeinarnos, mola. La ingenuidad de unas misiones que nos harán reir o desesperarnos a base de topicazos, mola. Y por último, el looteo y el buscar ese objeto maravilloso que nos permita conseguir las monedas que nos hacen falta para aprender a despellejar animales y sacar dinerito de cada combate... Mola. 

 

Risen 3 puede ser un producto de clase media a caballo entre la producción indi y el abyecto triple A, pero eso no quita que tenga cosas muy bien pensadas y que su estilo de juego sea tan potente que haga que el producto perdure a día de hoy junto a las obras de Bethesda y CDProjekt. ¿El secreto? Su fórmula mágica de evolución, el pique de ver qué hay detrás de cada esquina y la necesidad de saber qué narices hay dentro de ese cofre maldito. Ay, Indiana, qué daño hiciste a la juventud. 

 

 

Arr... Llevadlo al tablón

...Pero no al juego, si no a la promoción que del mismo se hizo. He estado ojeando las notas de prensa y sigo sin entender cuál era el plan de desligarlo del anterior Risen y hacer como si ese pseudocapítulo de Piratas del Caribe nunca hubiera sucedido. Especialmente cuando el juego comienza poco después de los acontecimientos vividos en Risen 2. ¿Culpa de Piranha, de Deep Silver o de Koch Media? La verdad es que no me importa, pero me parece una pena cuando el juego tiene tantas bondades en las que podrían haber incidido.

 

Porque sí, con Risen 3 han acertado, al menos para mí y, estoy seguro, para todos los que hemos podido con sus entregas anteriores. El número de misiones y quests es épico, y todas tienen su gracia. La forma de evolucionar es magistral, los diálogos, en letra diminuta, eso sí (culpa de su concepto PC, pero hay que recordar que en consola se juega a varios metros de la pantalla y te dejas la vista leyendo), son brutales, y para colmo guarda un buen puñado de goodies y sorpresas en forma de habilidades, lecciones y, para terminar, combates navales que no dejan de ser un soplo de aire fresco. 

 

 

Resumiendo, Risen 3 es feo, barato y en algunos casos cutre, pero me ha sorprendido una vez más gratamente con un producto que no ganará la portada de ninguna revista pero que cumple de sobra y por méritos propios para estar en la repisa de los amantes del género. Los escenarios son bonitos, las mecánicas han mejorado, la jugabilidad va in crescendo según mejoramos, y el fuego... Demonios, los de Piranha Bytes han conseguido crear un fuego creíble que es mejor de todos los fuegos vistos en otros títulos. Así que si te gusta el rollo y quieres darle un mordisquito a la saga, ya estás tardando en enrolarte, marinero. 

 

¡Nos leemos!

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