¿Reventó la fórmula Telltale? Ya no quiero sus juegos ni gratis

Hace muchos años, en otro mundo, en otra era, yo era un gran fan de Telltale Games. Eran tiempos más inocentes, tiempos en los que uno podía creer en algo. Acababa de empezar a trabajar en Mundogamers y había disfrutado mucho con The Wolf Among Us, tenía la primera temporada de The Walking Dead esperándome en el disco duro de mi Xbox 360, y estaba a punto de regalarle a mi mujer Back to the Future: The Game. ¿Se podía pedir más?

 

Se podía, y ese más terminaría por llegar: pocos meses depués, con Playstation 4, llegarían la segunda temporada de The Walking Dead gratis con el plus -de nada me serviría lo que Clem recordaba de mi paso por 360-, que luego también llegaría a Xbox One, y a ambas consolas, y PC, y todas sus plataformas llegarían sueltos los primeros episodios, gratis y para que te enganches, de Juego de Tronos, Minecraft Story Mode, más Walking Dead y, ahora, por qué no, Batman y Guardianes de la Galaxia, 

 

A principios de este mes llegaba gratis también a Playstation Plus gratis y por la patilla Tales from the Borderlands, y el madurito calvo que fui y que una vez soñó con el futuro de Telltale Games como compañía, 'cuando tuviera presupuesto' -me río ahora de esta ingenuidad- se ha encontrado cancelando la descarga a la mitad y decidiendo que no, que el juego no va a mejorar lo que ya sufrí en el primer capítulo de prueba gratuita. Lamentablemente, Telltale ya no tiene nada que me pueda interesar. 

 

 

Machacando un esquema

Estoy cansado de Telltale. Lo que empezó como una promesa de romance que me arrebató el corazón con The Wolf Among Us y me dejó extasiado con la primera temporada de The Walking Dead ha ido cayendo poco a poco en picado gracias a la repetición implacable de una estructura en la que pretenden que todo quepa, aunque deje hueco y haga arrugas. Desde una trilogía cinematográfica de Zemeckis hasta una novela americana de serie B, desde una novela río reconvertida a serie guarrilla de la HBO hasta el personaje más oscuro de Bob Kane y Bill Finger, y juegos de Gearbox, y cuadradotes pixelados de recursos, y cualquier cosa que entre en esta forma sistemática de juegos que ya cansan y que en ocasiones se venden al peso cuando llega temporada de rebajas en las plataformas digitales de turno.

 

La fórmula Telltale es un traje de talla universal y unisex que a todo el mundo entra pero no termina de quedar bien. Al principio te dejas llevar por las costuras de la solapa y por su tejido fino y elegante, preguntándote que guardará en el bolsillo interior de la chaqueta o en los bolsillos traseros del pantalón. lamentablemente, y tras llevarlo en varias fiestas, lo único que encuentras es una factura por pagar y el ticket de un parking que te dice que llevas días en un juego que, al final, es algo que ya jugaste con otras caras y otros nombres.  

 

 

Pasando página

Telltale Games fue mi Mrs. Jones a edad tardía, la profesora de inglés que te promete ser especial al corregir tus deberes pero luego olvida tu nombre al llegar verano, la pareja con la que viviste momentos inolvidables pero, lamentablemente, se aleja de tu vida porque compartís intereses diferentes: tú quieres que siga sorprendiendote con tu trabajo, y ella... ella sólo quiere seguir cobrando por un proceso que se ha automatizado hasta tal punto que hace de Assassin's Creed Unity un juego artesanal creado desde cero con gran imaginación y creatividad. 

 

Me alegra que aún haya quien confíe en ella, y que legiones de videojugadores aún puedan disfrutar de su trabajo y de ese nuevo Batman que sí incluye un par de cambios según nuestras decisiones. Bien por todos los que podáis seguir disfrutando su trabajo, tanto los veteranos como los que entráis en sus redes por primera vez. 

 

 

Yo, si embargo, voy a pasar página. Me duele demasiado ver cómo sigue yendo de cercana y campechana, alternativa y rebelde, cuando produce en masa y por sistema, cuando sé que bajo la almohada guarda los dólares de varias campañas que sacó sin traducir porque no llevaba a fin de mes. Me siento como el prota de una canción del pesado de Sabina, 'ahora es demasiado tarde, Telltale' y ya ni regalándome tus juegos me apetece probar el sabor de unos momentos que se han terminado por convertir en una forma manida de recordar lo que una vez fue auténtica ilusión. 

 

Por supuesto es una opinión personal, ánimo todos los que aún podéis disfrutar de sus haceres. Yo, personalmente, miro el momento en que vivimos, con audacias como la de Dontnod con Life is Strange, con maravillas narrativas como Gone Home, What Remains of Edith Finch o Blackwood Crossing, y decido que quiero, necesito, una mayor innovación por parte de aquellos que tienen las de ganar. Telltale no es una Red Thread que saca a duras penas Dreamfall Chapters, y aún así hay más innovación en esta culminación de una trilogía de principios de milenio a manos de Ragnar Tornquist que en muchos de los nuevos 'tales from' que están plagando las plataformas digitales. 

 

¡Nos leemos!

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