Respetando al máximo la obra original

El legado de los juegos clásicos goza de un prestigio y reconocimiento por encima del tiempo, los nombres, firmas y elementos que puedan embrutecer el inmaculado recuerdo de los jugadores. Algunas de las entidades jugables más importantes del pasado se enorgullecen a día de hoy de vender a mejor o peor precio, normalmente lo segundo, alguno de sus grandes hits atemporales para mentes inquietas dispuestas a tomar un DeLorean cerebral.

Eso sí, una de las posibilidades de esos distribuidores pasa por ceder el desarrollo del hipotético retorno a una segunda para darle un lavado de cara y retornarlo a la actualidad jugable por un precio económico perocon algún que otro sello del nuevo autor que rara vez consigue no distorsionar el producto primigenio con alguna que otra mancha ni querida ni esperada. No son pocas las veces que los desarrolladores no comprenden (o no quieren comprender) que el homenajeado es el trabajo que tienen entre manos, y que añadir su sellito no suele ser una buena idea.

El caso de WayFoward, por lo que hemos podido probar en la preview de su esperadísimo DuckTales, pertenecen al rol del niño que jugó a la fantástica obra de Capcom y que años después se ha encontrado con la situación de poder desarrollar un esperado remake en el que los únicos añadidos que se han hecho desde la firma, han sido para engrandecer el mito y homenajear a una serie de dibujos y a un videojuego sencillamente mítico que a día de hoy todos todavía recuerdan con cariño en la generación del 83 hacia arriba.

El caso del reciente Flashback, por ejemplo, no da esa misma buena espina que podíamos adivinar con cada nueva imagen o contenido que se presentaba de Ducktales desde su presentación en plena Comic-Con a pleno pulmón cantando el mítico opening de la serie. A partir de ahí, un trato ejemplar hacia las animaciones y músicas del juego original, algo que tampoco pudimos gozar en su momento con el Turtles in Time de Ubisoft, una de las representaciones más discutibles que se han hecho de la mítica aventura de las tortugas en arcade y Super Nintendo.

Más allá de eso, tenemos casos de diseños surrealistas y arreglos musicales que no van a ninguna parte, y luego tenemos puestas al día como la del Hard Corps de Arc System Works para el renacimiento de una nueva era de Contra a golpe de Heavy Metal y Rock and Roll, pero claro, no todo el mundo es Arc System Works o WayFoward, y ahí está lo que diferencia un estudio que ama los videojuegos y un estudio que ama demasiado a sus videojuegos, aunque no se demande su sello. Castle of Illusion, te miramos con lupa, así que ojito.