Resident Evil Resistance no es un multijugador asimétrico que vaya a hacer historia
El mundo de los multijugadores asimétricos es bastante curioso. De entrada, puede parecer que diseñar experiencias entre equipos desiguales es algo que no termine de funcionar, pero a veces sí lo hace. Hablamos de un género con grandes éxitos y fracasos, seguramente por lo que acabamos de comentar; da cabida batacazos sonados como el de Evolve, pero también a éxitos inesperados como el de Dead by Daylight. En esas dos caras, todavía no sé dónde encaja Resident Evil Resistance.
Esta idea de juntar a un grupo de cuatro que debe huir de una mastermind (el quinto jugador) es un proyecto que Capcom ha encargado externamente a NeoBards Entertainment, lo que ya da a entender un poco las expectativas del estudio ante esta propuesta. Cuatro jóvenes deben superar una prueba en tres fases para escapar de un complejo, mientras paralelamente el quinto y solitario jugador tiene la misión de entorpecer su progreso, observándoles desde las cámaras de vigilancia y plantando trampas que van desde cepos hasta hacer que aparezca Tyrant.
En los escapistas, la cosa va de perks. Cada uno tiene roles predefinidos (tanque, apoyo, hacker, etc.) y cuenta con habilidades únicas. Valerie, por ejemplo, es la única que puede marcar enemigos y usar un spray de curación, mientras por su parte Tyrone puede pegar una tremenda patada y realizar una acción llamada “Animar” que reduce el daño recibido a todos los miembros del equipo durante un tiempo. Hay un total de seis, y la idea es que exista un equilibrio entre la exploración, el daño y el apoyo.
Los villanos que hacen de Mastermind también tienen diferencias, basadas en esencia en el tipo de cartas que pueden utilizar -sí, hay cierto componente de rol en lo que puedes hacer- y al tipo de invocaciones específicas que son capaces de realizar. Un elemento gracioso que no se suele comentar de este rol es que puedes controlar a los zombis, incluyendo a Tyrant, lo que le da un toque extra por cuestiones de pura perspectiva: manejar a zombis mola. El conjunto es, en teoría, atractivo, pero a la práctica la cosa no funciona tan bien.
Resident Evil Resistance es un juego que depende mucho de las dinámicas de equipo, del buen rollo que exista de entrada entre compañeros. Esto quiere decir que, de entrada, siempre recomendaría jugarlo entre amigos, especialmente por el pique que puede generar el hecho de que uno de ellos tenga como objetivo zancadillear al resto. Si no hay buen rollo ni comunicación, la cosa se viene rápidamente abajo por ser, precisamente, un juego en el que hace más falta que nunca. Hay que ponerse de acuerdo, distribuir tareas y atender a urgencias repentinas; yendo solo no se consigue nada.
Incluso con un buen equipo, la cosa tampoco despega. No es que podamos hablar de una mala experiencia -ya partimos con un RE Engine y un sistema de control prácticamente idéntico al de Resident Evil 3, cosa que ayuda mucho-, pero sí que se echa en falta algún giro de tuerca más para acabar de dar forma a la propuesta. En ese apartado, la posibilidad de comprar skins (hay compras con dinero real integradas, pero son potenciadores para subir rápido de experiencia) tampoco es que sea ninguna panacea.
En definitiva, da la sensación de que este juego hubiese pasado bastante desapercibido de no incluirse con Resident Evil 3, y ya adelanto que verlo cambiar de formato para abrazar, por ejemplo, el free to play, no será ninguna sorpresa dentro de unos meses. Aun así, echadle un tiento, porque un par de tardes te las arregla.
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