Remedy, Control y el control en un videojuego
Desde que Remedy mostró Control en el pasado E3 2018, nos hemos quedado algo intrigados con este título. Encima, el estudio no hace más que ir, poco a poco, soltándonos miguitas de pan sobre el juego. Los desarrolladores están llevando a cabo un diario que puede verse en youtube. En dicho diario se nos está mostrando más sobre el gameplay del juego y una cosa está clara: busca que el jugador tenga el control de prácticamente todo lo que encuentra a su alrededor. Y este es un concepto muy interesante.
¿Cómo se hace que el jugador tenga una sensación de control total? Remedy ha hecho real esta experiencia haciendo que la historia se cuente a través del escenario, de su mundo. Dejar en manos del jugador el ritmo del juego puede generar caos, y, sin embargo, parece que en Control todo fluye de la forma correcta. La idea de flexibilizar la historia para que esta se adapte a quien “manda” otorga a quien lo experimenta un poder extra. Pasamos de poder manejar hacia dónde se mueve nuestro personaje a ser capaz de mover todo el mundo que lo rodea.
Todo el título se centra en una clave: el control. Tener o perder el control es el concepto sobre el cual gira todo. Así se ha realizado una mezcla perfecta de habilidades sobrenaturales y armas de fuego, generando un equilibrio extraño que funciona.
La obra de Remedy nos pone en la piel de Jesse, una joven que deberá investigar una organización mientras combate contra su enemigo. Hasta ahí, todo normal. Pero Control busca que persigamos el secreto que la propia Jesse esconde. Un secreto que tampoco ella conoce, y eso hace, a su vez, que conectemos más con ella. Nuestra protagonista es una extraña en un mundo con el que ahora experimenta, tal y como hace el jugador. Jesse se mostrará impulsiva e intuitiva, obsesiva y compasiva, su comportamiento conectará con el nuestro mientras se van desbloqueando zonas y conociendo más detalles.
Todo se desarrolla en un enorme edificio que se irá transformando. Esto nos pondrá nerviosos, cómo no. El juego jugará, valga la redundancia, con nuestra sensación de tener el control. Y eso es lo que nos mantendrá alertas en todo momento. No sé vosotros, pero a mí, básicamente por la ansiedad, me cuesta ceder el control de las situaciones, incluso en los videojuegos. Normalmente, ser poderoso, subir muchos niveles o contar con un arma legendaria hace que estemos más tranquilos. No tenemos el control pero podremos con cualquier cosa que se nos ponga por delante. Control, en cambio, buscará sorprendernos, hacer que nos sintamos perdidos, para que sepamos ser capaces de reaccionar y de volver a recuperar la situación.
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