1. Mundogamers
  2. Noticias

Regreso al pasado

Lo jugué un poquito el otro día
Por Bruno Louviers

Sé que hay mucha gente que vive atormentada pensando que las hombreras van a volver algún día, como lo han hecho los pantalones pitillo o las camisas de estampados horteras que molan por cutres. Con los videojuegos parece estar pasando algo similar, y no hablo de remakes HD de juegos de hace 10 años, aunque Halo: Anniversary sea mejor que Halo 4. Pero eso es otro cantar.

 

A lo que me refiero es a cómo algunos juegos están recuperando intactas mecánicas de juego que datan de hace 10 o 15 años. Por ejemplo, Dishonored, uno de los mejores juegos de la generación que ya despedimos y que tiene, para empezar, barras de vida y de magia, dos conceptos viejos como los árboles del Retiro, pero que acompañan a cosas como que no hay indicador de objetivos. Miento, sí lo hay, usando un objeto, pero que no esté incrustado en la pantalla como hace cualquier shooter contemporáneo ya es un cambio muy positivo. 

 

Siguiendo con Dishonored, algo que hace muy bien es dejar libertad al jugador, para acabar lo más rápido que quiera la misión o para implicarse y poder cambiar sus objetivos, amén de que solo explorando y conociendo el entorno se pueden encontrar las runas que modifican los poderes de Corvo, el protagonista. Nada de esto es realmente nuevo, como digo: lo hacían System Shock y Deus Ex, juegos de los que bebe muchísimo Arkane porque, vaya, Harvey Smith estuvo implicado en ellos.

 

 

Esto son cosas evidentes y que han seguido en los videojuegos durante años (todos hemos buscando documentos y grabaciones en Bioshock, pero nunca eran realmente los protagonistas), pero darles es hacer algo nuevo, aunque, bueno, sea algo que se hiciera hace muchos años. Se dice que todo ya está inventado hoy en día y que es imposible hacer nada realmente nuevo, pero no es cierto: solo hace falta darle una vuelta de tuerca. Citando por enésima vez en mi vida a Dark Souls, los juegos difíciles siempre han estado ahí, quizá como un modo opcional; pero la dificultad que plantea este juego es diferente: es un castigo por no ser cauto, por estar acostumbrado al videojuego de hoy y no a los plataformas pejigueros de hace años ni al rol de donde las estadísticas te condenaban o ayudaban, etc.

 

No entro a comentar cómo la estética del píxel gordo, los plataformas en 2D, los metroidvania u otros aspectos han vuelto a cobrar vida gracias a videojuegos independientes o a grandes compañías que han visto la oportunidad porque ya lo sabéis vosotros tan bien como yo. Solo puedo celebrar que esas cosas que nos llenan de nostalgia estén siendo rescubiertas y reformuladas. Wolfenstein The New Order tiene una pinta fabulos y es, ni más ni menos, porque hay nazis en lugar de rusos, vida y armadura en lugar de manchas rojas en la pantalla y porque apuesta más por la escopeta de dos cañones que por la mirilla de un M4. 


<< Anterior Siguiente >>