Que vuelvan los cartuchos
El otro día, esperando a que se bajara una actualización inmensa de un juego, caí en la cuenta de lo ridículo que es usar ahora mismo discos para almacenar videojuegos. Está claro que producir un bluray a día de hoy es algo baratísimo y que por eso son el soporte elegido por Sony y Microsoft para sus videojuegos; pero son completamente inútiles en tanto que hace falta un disco duro dentro de la consola para poder jugar a todos y cada uno de sus juegos.
Los discos duros también se quedan pequeños, por lo que tenemos un problema añadido en esta extraña generación de videojuegos donde no apostamos todavía a saco por lo digital, pero dependemos de discos duros igualmente. ¿Sabéis cómo veo que esto dejaría de ser tanto un problema? Con cartuchos que pudieran, quizás, almacenar los juego en una memoria flash (como la que usan las tarjetas SD y similares) y hasta grabar en dichos cartuchos las actualizaciones que van siendo necesarias.
El problema de los discos es su velocidad de lectura: son lentos de narices y no hay manera de cargar todo lo que vemos en pantalla desde ellos, por eso se recurre a un disco duro y a un montón de VRAM para almacenar texturas, polígones y demás cositas. Con una tarjeta flash, seguramente esto fuera posible sin recurrir siempre al disco duro, pues así es como se funcionaba antes de que almacenar cosas en una consola fuera posible: lo retro funciona así, caray, si hasta las partidas se guardaban en el cartucho.
Cierto que la memoria flash no es tan barata como un disco, pero eso se debe en parte a la miniaturización. Un cartucho para una hipotética PS4 o Xbox Two no tiene por qué tener el tamaño de una tarjeta SD, por aquello de que el coleccionismo sigue siendo un aspecto por el que el formato físico se mantiene y porque hay que vender cajas grandotas con portadas chulas para que Game y similares sigan sobreviviendo de la segunda mano. Anda que no molaría un cartucho del tamaño de Nintendo 64 con 128 GB de espacio para el juego de turno.
Ya que las compañías parecen obsesionadas por lo pretérito en forma de remakes y remasterizaciones, lo mismo estaría mirar también al ingenio de los programadores e ingenieros de antaño y regresas a ese formato olvidado en las consolas de sobremesa, solo que con una pequeña vuelta de tuerca: nuestra consolas agradecerían no degradarse por culpa del lector de discos (la parte que más las estropea, agranda y hace ser ruidosas) y no haría falta leer todo el rato de un disco duro (lo que también alarga la vida de la consola).
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