¿Qué tal el primer DLC de Call of Duty Infinite Warfare?
Call of Duty Infinite Warfare se amplía de la manera en que la saga y Activision nos tienen buenamente acostumbrados: a través de nuestros bolsillos. Una nueva expansión de pago que añade cuatro nuevos mapas multijugador y una nueva experiencia de zombis, tal y como lleva ocurriendo en estos últimos años con los anteriores juegos de la franquicia y como volverá a ocurrir a lo largo de este año en tres ocasiones más con esta entrega de Infinity Ward. De momento, esta primera expansión es exclusiva temporal de PS4, pero en algo menos de un mes llegará a Xbox One y PC.
No tenía muchas esperanzas puestas en Sabotage después de tener que analizar el propio juego en sí, aunque reconozco que tenía bastante curiosidad por saber si desde Infinity Ward querían resarcirse un poco ante las críticas (merecidas) recibidas por Call of Duty Infinite Warfare. Lo cierto es que da la sensación de que se ha intentado a medias, con un producto que simplemente busca estar para contentar a los aficionados de siempre, recolectar un poco más de dinero y tratar de llamar la atención por vías que poco tienen que ver con las del propio medio de los videojuegos.
Dos de los cuatro nuevos mapas multijugador, Neon y Noir, parecen buscar esa personalidad ausente en el modo multijugador del juego al completo. Uno de los peores aspectos de Call of Duty Infinite Warfare es su desganada estética, con personajes, armas, habilidades y mapas sin ningún tipo de carisma, hechos porque sí, sin ningún objetivo, tónica ni temática general concreta. Estos dos mapas aportan un poco de personalidad, con una estética que realmente casa con la guerra futurista que parece trasladar el juego con su apariencia y modo campaña, además de recordar en ciertos momentos a los mejores diseños de mapas que vimos hace ya unos cuantos años en otros juegos de la saga realizados por Infinity Ward. Un punto a favor, ya que probablemente se trate de los mejores mapas en general de todo el juego.
La emoción cesa cuando te enfrentas a los otros dos mapas multijugador incluidos en Sabotage, Renaissance y Dominion. El primero de ellos nos conduce hasta Venecia en un mapa típico y aburrido que solo funciona bien, a veces, en algunos modos de juego; el segundo es la remasterización del mapa Afghan que ya vimos en Call of Duty Modern Warfare 2, pero que con las nuevas mecánicas de salto, deslizamiento y demás parafernalias futuristas no tiene casi ninguna razón de ser. Como también suele ser habitual en las expansiones de la saga, encontramos dos mapas más o menos interesantes y dos que son un absoluto relleno instrascendente.
Rave in the Redwoods es la nueva experiencia de zombis, que hay que reconocer que no está nada mal, la verdad. Los amantes de esta modalidad de juego en concreto van a poder disfrutar de un nuevo mapa repleto de secretos, en el que hay mucho que descubrir y en el que se agradece que Infinity Ward vuelva a recuperar la senda y la historia mostrada en sus anteriores trabajos de la saga. El mayor problema, al igual que el de Call of Duty Infinite Warfare en general, es la alargada sombra de Treyarch y Call of Duty Black Ops 3. No esperéis algo tan espectacular como los zombis vistos en la entrega del año pasado. La presencia del cineasta Kevin Smith es testimonial y se nota que simplemente está ahí por puros temas comerciales, también típicos de la saga en estos últimos años.
Solo recomendaría este primer DLC de Call of Duty Infinite Warfare a los que realmente estén disfrutando del juego hasta ahora y piensen que van a poder aprovechar los nuevos mapas. Por lo demás, sigo pensando que Infinity Ward ha realizado este videojuego con total y absoluta desidia, si centramos la atención únicamente en el modo multijugador. Solo veo retazos de sus buenos trabajos de antaño en pequeños momentos y en unos pocos mapas, mientras que lo demás parece puro desarrollo mecánico y aburrido. Sabotage no es la salvación de esta entrega, ni mucho menos, aunque incluye dos mapas bastante interesantes y originales.
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