¿Qué le espera a Sega en los próximos meses?
La noticia comenzó con una mudanza de San Francisco al sur de California con 120 despidos en la oficina americana para "acomodarse a las nuevas vías de negocio". Poco después se descubrió el resto del pastel: 300 despidos en todo el mundo y un nuevo punto de vista de la industria para "hacerla más eficiente" centrándose en "juegos digitales, smartphone y títulos en línea para PC como áreas principales de crecimiento". Lo único claro por el momento es que los planes anunciados hasta la fecha siguen sin cambios, y que a lo largo de los próximos meses se irán lanzando los juegos que tenían marcados en el calendario.
Hablemos claro: lo de Sega no creo que pille desprevenido a nadie. Es una desgracia que tanta gente se quede sin trabajo y que la situación sea tan absolutamente negativa, pero creo que es de todo menos sorprendente. Es pronto para pensar cómo seguirá la empresa o cómo avanzará la situación durante los próximos meses, pero lo que parece seguro es que con la caída de la empresa todos hemos perdido algo. No es que caiga una cualquiera, está cayendo Sega. Con algo de culpa de ella, claro, pero está cayendo, y en realidad es una noticia muy importante y que por algún motivo ha pasado de puntillas por la industria.
También es pronto para avecinar qué sucederá con la firma: por el momento está confirmado que todos los planes anunciados hasta la fecha siguen con los mismos objetivos marcados hasta la fecha, pero qué sucederá una vez acaben es el punto de inflexión dentro de la firma japonesa. Por ejemplo, The Creative Assembly, ¿qué será de ellos una vez lancen el nuevo Atila? ¿Qué pasará con Sports Interactive y sus Football Manager? ¿Qué sucederá con los creadores de Yakuza o el Sonic Team? ¿Platinum? La actualidad de Sega no casa con los planes que tienen para el futuro, y se esperan días moviditos para sus franquicias y desarrolladores estrella.
Sega no es lo que era. No es la idealizada empresa que lanzó la Dreamcast o la del Genesis does what Nintendon't: es una comparsa de lo que fue en tiempo pretérito, y su caída era algo que podía suceder. Ha viajado de fracaso en fracaso, y más allá de los nombres y la importancia de algunos desarrolladores que había detrás de sus productos, en realidad, en el campo del videojuego, estaba absolutamente fuera de lugar desde hacía mucho tiempo. En su momento, cuando abandonaron el hardware, se pensó que la salida de Sega al mundo de las third parties era similar a una Nintendo third party; más de doce años después podemos decir claramente que la salida de Sega al desarrollo multiplataforma ha sido un auténtico fraude, una terrible decepción.
Queda esperar para saber qué hará la empresa con sus marcas, que planes tiene de futuro para ellas fuera del territorio de las consolas y el mercado tradicional de PC y cómo se adaptan a los tiempos nuevos que se avecinan en las oficinas de Sega. Desde luego, es triste, pero no por ello resulta más sorprendente: Sega ha jugado con fuego demasiado tiempo, se iba a terminar quemando.
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