Qué esperar de Final Fantasy XV
Final Fantasy XV puede que sea mostrado en el E3, y debería hacerlo. Tras Final Fantasy XIII y sus secuelas, la marca ha quedado herida, mucho. Sin embargo, un resurgimiento de su título online, una tercera entrega con una Lightning en estado de gracia, el buen hacer de Bravely Default y lo bien que ha sentado ver a Noctis en movimiento, nos ha permitido volver a creer que una nueva auténtica fantasía final es posible.
Pero tiene mucho por demostrar. Para empezar, no puede conformarse en ser pasillero porque sí o de mundo abierto por la misma razón. El éxito de sus entregas mejores a nivel de estructura jugable: Final Fantasy VI y Final Fantasy X, llegó por entender la máquina que habitaban y aprovecharse de ella para contar su historia, la entrega de PS4 tiene la misión de hacer lo mismo pero en el sistema que le toca. Por supuesto, sí, ha de ser cinemático e intenso y saber combinar vídeo con escenas de acción real. Tiene que poder hilar un camino guiado de la mano con la apertura de su mundo, pero también jugar con las emociones y los sentimientos que permiten unos rostros que están a tres pinceladas de ser reales. Por fortuna, los excesos de Nomura y compañía, en ese esfuerzo de definir a los personajes mediante su apariencia se han suavizado, comprendiendo que ahora ya no hace falta poner un cartelón sobre cada uno de ellos que rece "emo", "tío guay y animado" "chica que va a morir" a modo de ropajes y complementos ridículos (Lulu, ¿cómo te colocas así esas correas?), porque es algo que a día de hoy se ha de mostrar con gestos.
El título se muestra como un cruce entre Mass Effect y Kingdom Hearts; y no lo digo por decir, ya Lightning Returns coqueteó hasta caer enamorada de la estructura de juego del comandante Sheppard ¿Y cómo no hacerlo? Mass Effect 2 puede presumir de contar con un inteligente diseño repleto de muros invisibles pero que no molestan al jugador y favorecen el desarrollo del cuento. Una lástima es, eso sí, que no rescaten elementos de Lightning Returns, esos que nos mostró en su combate. Para mí, de lo mejorcito de toda la historia de Final Fantasy, por osado, innovador y tremendamente divertido.
Curiosamente, la historia es lo que menos me preocupa porque hay tanto que resolver en otros apartados que es lo de menos. Si hablamos de ella, en lo que ha centrarse es en convertirse en una obra de personajes, en un grupo coral emocionante que aúpe a Noctis y lo eleve más allá del rollo tristón que anuncia. La máquina que lo acogerá tiene capacidad de sobra para gestionar emocionantes encuentros grupales y definir con ellos su narrativa. No más lágrimas, por favor.
No, a Square-Enix no les espera un camino de rosa de aquí a que salga su juego, uno que se dice que puede que no salga este año. No importa, si tiene que tardar, que tarde. Square-Enix no nos debe un lanzamiento inmediato pero sí uno en condiciones. Nos lo hemos ganado tras aguantar un capítulo que nos ha hecho olvidar lo que significa ser un JRPG firmado por la que, en su día, fue la más grande de las compañías japonesas.
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