1. Mundogamers
  2. Noticias
  3. PC

Qué esperar cuando estás esperando

Esos instantes en los que no juegas en un juego
Por Adrián Suárez Mouriño

¿No hacer absolutamente nada a los mandos durante un tramo puede ser interesante? No hablo de los instantes en los que visionamos vídeos, que también habría mucho que decir al respecto, sino en los momentos propiamente ingame. Esta semana he estado jugando a uno los títulos que nos llegan a través de Playstation Plus: Final Horizon. El videojuego nos cede el control de una serie de artefactos: torretas para disparar a todo lo que se mueva y generadores de energía para construir más de las primeras; y nos pide que defendamos la base de una invasión alienígena. Así, erigimos nuestras armas, las reparamos, las potenciamos y esperamos.

 

En Final Horizon hay muchos tramos en los que no jugamos. Una vez que hemos puesto ahí todo nuestro equipo destructor, y nos pertrechamos bien, podemos esperar a que acabe la fase con gesto triunfal. Puede ser que las hordas de aliens se masifiquen y sí que haya que hacer algo, o que sea necesario reparar nuestras herramientas, pero son hechos controlables, lo ves y reaccionas, y el juego te da tiempo de sobra para solucionar el percance. En conclusión, muchas veces acabé dejando la PSVita en el sofá (o en el bidé, según el caso) para que la partida se solucionara sola.

 

 

Tras jugar, tuve un trance retro y me bajé Sim City, el original, el de 1989 que corre en MSDOS, por eso de echarle un vistazo al primer juego de estrategia que arrasó con su concepto y compararlo con este.

 

Fue espectacular, lo primero, ver lo bien que se conserva este videojuego. Se ve antiguo, claro está, pero a poco que te pongas a jugar, quedarás enganchado. Yo me tiré todo el pasado domingo dale que te dale, hasta que llegó un terremoto y mandó a la porra a mi MouCity. Y fue maravilloso.

 

Sim City te permite montarte tu ciudad, pero la gracia del título no está en todas las opciones que tienes para desarrollarla, sino en el juego que se desarrolla cuando no estás tocando botones ni construyendo. Tienes que estar constantemente mirando qué opina de ti la ciudad, cómo van los índices de felicidad de tus ciudadanos y controlar que todo vaya bien en función de la pasta que hayas destinado ese año a la ciudad. Es decir, que cuando estamos esperando, sin hacer nada, se desarrolla la parte más interesante del juego, haciendo de la espera algo tenso. Y cuando te crees que lo tienes todo controlado, catapum, aparece Godzilla y se mete en el cuerpo a todos los habitantes de MouCity. Pobres moulandeses.

 

Resulta fundamental en este tipo de títulos, y en otros también que no sean de estrategia, desarrollar todo un universo de acciones que progrese a raíz de nuestras interacciones pero sin contar con ellas. Final Horizon no lo hace y es una pena, porque esperar por esperar es ridículo.


<< Anterior Siguiente >>