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Quantum Break también para PC, ¿yay or nay?

Xbox One se lanza para PC
Por Víctor Junquera

Pobre Quantum Break. La buena información con respecto al juego no deja de llegar por parte de todos los que han podido verlo o probarlo más en profundidad, pero mientras tanto, oleadas de malas noticias no dejan de golpear, primero con la polémica por el no-doblaje al castellano (español de España), y ahora con el que para Microsoft es un gran anuncio, no tanto para los poseedores de una One que cada vez ven más claro que su dinero pudo haber estado mejor invertido: Quantum Break llegará a Windows 10 el mismo 5 de abril que la versión de Xbox One.

 

Y vaya por delante que sí, desde el punto de vista más práctico, cualquier multiplataformidad es una gran noticia porque serán más los usuarios que puedan disfrutar un juego, eso está claro, y sería un motivo de celebración como lo es en el bando de la competencia algo como el inminente Street Fighter V, toda una 'console exclusive', como se dice.

 

El anuncio viene con muy buenas noticias, también, y es que por la precompra de Quantum Break en formato digital para Xbox One, tendremos Quantum Break gratis para Windows 10, una especie de Cross-Buy limitado, que también permitirá Cross-Save para continuar la partida en un dispositivo u otro indistintamente. Y Alan Wake retrocompatible con todos los DLC en todas las copias de Quantum Break, e incluso American Nightmare (para quien lo quiera) con las reservas. Un pack con consola y los dos juegos de Remedy + 14 días de Xbox Live Gold, otro pack en edición limitada, y hasta un nuevo tráiler en el que tiene sentido que no haya gameplay, porque esto será parte de uno de los capítulos del juego en una de sus variantes.

 

 

Pero por mucho que Quantum Break siga teniendo muy buena pinta y que la maniobra tenga sentido desde el punto de vista comercial, es inevitable ver ciertos problemas a todo esto, y más aún si se llegasen a confirmar esas supuestas filtraciones que hablaban de que Scalebound y Gears 4 también llegarán a Windows 10, dejando a Xbox One con poco más que la saga Forza como auténtica 'exclusiva', y con poco más que la sencillez de ser una máquina cerrada como argumento en la siempre presente guerra del PC contra las consolas. El PC gana, una vez más.

 

Por supuesto que para Microsoft tiene sentido esta maniobra en la que siempre ganan, ganan con cada Xbox One que se venda, ganan con cada Windows que se instale, y ganan con cada juego que se compre, sea la plataforma que sea, y hacen bien en crear un ecosistema en el que un Mando Elite de 150€ no es un dispositivo únicamente para ser utilizado en una consola con una vida útil limitada. Pero por mucho que para ellos tenga sentido, para muchos de los más o menos 20 millones de poseedores de una Xbox One no lo tiene, ni mucho menos lo tendrá para quien hasta ahora seguía esperando al momento correcto para hacerse con una. No parece que ese momento vaya a llegar nunca.

 

Y la verdad, hasta me siento mal porque hace poco más de tres meses no me cansaba de decir lo buena opción que me parecía aquella Xbox One en su momento álgido, con un buen catálogo por delante con nombres propios que no se podrían jugar en ningún otro sitio, con Halo 5, Rare Replay y Forza 6 recién llegados, con EA Access, con grandes ofertas de forma regular,... Y si bien no es una máquina que me arrepienta de comprar, ni mucho menos, sí que veo que cada vez tiene menos sentido, y no es el usuario o las third parties quienes le restan ese sentido, sino la propia Microsoft.

 

«¿Te acuerdas de mí?»

 

Tras dos años, Xbox One tiene a varios tipos de jugadores puteados (con perdón) desde varios frentes. Están aquellos que compraron la consola en el lanzamiento por 500€ con un Kinect muerto de risa y con juegos como Ryse o Dead Rising 3 que ni estaban tan bien ni duraron tanto como exclusivos con su salto al PC, están aquellos que se desviven por las cifras de resolución,... Pero sobre todo están quienes se decantasen por Xbox One 'por las exclusivas', quienes poco tienen ya a qué agarrarse.

 

Mientras que otras plataformas siguen jugando sus cartas y sus títulos únicos, siempre sumando nuevas características, y mientras que el PC gana terreno a pasos agigantados (online gratis, Origin Access, ofertas, indies, retro, juegos japoneses,...) contando con que ni el PC es tan inaccesible y complejo como se creía ni las consolas son ya tan sencillas y directas como eran, Xbox One pierde alicientes de compra sin parar, y ni siquiera esos beneficios de ecosistema unificado entre Xbox One y Windows 10 tienen tanto que ofrecer.

 

Por 350 € es un pack bonito y más económico que muchos PC, pero es extremadamente parecido y mucho más limitado.

 

En el caso de Quantum Break, el Cross-Buy entre dos dispositivos domésticos no tiene mucho sentido, más aún cuando One y el PC están corriendo en direcciones opuestas, con la consola queriendo ser más PC, y el PC queriendo ocupar más el salón.

 

Xbox One tiene ventajas, desde luego. Es un placer encender un día la consola y ver que puedes descargar Ikaruga o Trials HD (si ya los tenías en 360, claro) para jugarlos con el mejor mando existente, y todo apunta a que pronto se convertirá en la única plataforma de nueva generación en la que podrán correr Red Dead Redemption y Castlevania Symphony of the Night. Y por supuesto, el catálogo sigue ahí, no es que el lanzamiento en PC de sus exclusivas anule el lanzamiento de la versión de Xbox One ni mucho menos, que quien ya la tenga bien la podrá disfrutar. Pero poco a poco, y cada vez más, se van diluyendo los motivos que pueden llevar a alguien a querer una Xbox One, y esto ya no es algo que esté causando el público como por aquí comentábamos, sino la propia Microsoft.


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