Quantum Break: La revancha de Remedy

Quantum Break es una de las obras más misteriosas que hay en la nueva generación. Se sabe que existe, vimos un contenido en vídeo 'prometedor' y no hemos vuelto a tener noticia de ello hasta ahora. Se sabe que la obra de Remedy, orgullosos padres de Max Payne y Alan Wake, ese chaval inadaptado que no muchos comprendieron en su nueva escuela, se enfrentan a un reto personal que debe ponerlos, de nuevo, en la cima de la vanguardia lúdica como uno de los puntales importantes de la nueva máquina de Microsoft.

Entre otras cosas comentadas en los últimos días, se ha hablado de la posibilidad de controlar a los enemigos (todavía sin mucho fondo para saber en qué repercutirá esa opción) y que se está trabajando en una tecnología muy novedosa en cuanto a las caras de los protagonistas y las explosiones que ocurran durante la obra, que por cierto, dadas las características del tráiler presentado en el pasado E3 de Los Ángeles, no parece descabellado que el juego gire en torno a ello. El pasado viernes, de hecho, en plena presentación de Xbox One, se tuvo acceso a un pequeñísimo adelanto del juego que dejó con buen sabor de boca.

Alan Wake fue un título a todas luces incomprendido que pasó por muchos problemas en su desarrollo. Resulta redundante entrar ahora a valorar lo que pudo ser y no fue, lo que en teoría iba a aportar y lo que terminó aportando, pero estoy convencido de que esa experiencia llevará al estudio nórdico a sacar pecho con la presente experiencia. Gustase más o menos Alan Wake a la parroquia de la Xbox, el hecho real es que la recepción del juego fue sumamente fría y decepcionante para muchos, sobre todo para las arcas de Microsoft y la apuesta que hicieron por ellos. Con Quantum hay que levantarse.

Toca sacar pecho y demostrar el potencial que quedó en el tintero de lo que pudo ser y no fue Alan Wake. Es hora de lanzarse al estrado y recordar que ese equipo fue el que concibió a finales de los noventa a un tal Max Payne que revolucionó los juegos de acción y disparos en tercera persona. En definitiva, es hora de ordenar ese estudio lleno de creatividad que es Remedy, capturar esos ramalazos de calidad que se adivinaban en la aventura del escritor y convertirlo en un producto redondo como el del policía maltrecho.

Si se llega a ese resultado, si las cartas combinan y sale de ahí un producto digno de ser recordado, el equipo comandado por Sam Lake y su Quantum Break será un naipe bajo la manga de Xbox One que casi nadie tiene en cuenta a día de hoy y que puede pegar un golpe en la mesa de mucha categoría. Por el bien de los jugadores, ojalá así sea.