Pues Rainbow Six Siege está muy bien

Aunque ha llegado un día más tarde de lo esperado, la beta de Rainbow Six Siege ya está aquí. Es curioso porque el juego se lanza el día 1 y la beta apenas llega una semana antes, pero bueno: así son las demos a día de hoy. El caso es que esta vez he jugado a la beta en consola, en PS4, y no en PC, donde jugué la alfa, pero ni el bajón gráfico y de puntería han cambiado ni una pizquita mis sensaciones con este juego. Me encanta, me cago en la leche. 

 

La beta en cuestión está bastante limitadita de escenarios y modos de juego, y tiene algunos fallos de conexión que me tocan un poco la moral, pero todo esto es normal en las betas, aunque espero que lo último no aparezca en el juego final porque me puedo cagar mucho en todo si estoy desactivando una bomba y se me cuelga la conexión en los últimos quince segundos. Creedme, llegar a esos 15 segundos cuesta mucho porque la supervivencia no está asegurada.

 

 

Cómo se trata el tiempo es algo que me gusta de Rainbow Six Siege. Hay que tomarse las cosas con calma y avanzar firme, pero poco a poco. No sirve de nada darse prisa, principalmente porque corres lentísimo por culpa de ese equipo de tropecientos kilos que llevan los SWAT y demás equipos especializados en asaltos; pero también porque morir se paga carísimo: si te matan del todo, es decir, que no te dejen sangrando en el suelo (ahí puede revivirte un compañero), estás jodido. No jugarás más hasta la siguiente ronda.

 

En los cinco minutos que dura cada partida puede pasar de todo: desde que elijas una muy mala entrada y te fulminen hasta elegir una fantástica en la que pillas al enemigo por la espalda porque has sido suficientemente listo de usar tu dron de espionaje como dios manda en la fase de preparación y has identificado dónde estaba la gente. Esto es lo mejor del juego: antes de tirotearos, ambos equipos os preparáis, ya sea para resistir un asalto poniendo trampas y defensas o para identificar dónde están los enemigos y los objetivos con drons minúsculos que van por el suelo como coches teledirigidos. 

 

 

Hay que actuar con bastante cabecita, y eso está muy bien en contraste con los absurdos reflejos que hay que desarrollar en Call of Duty o Battlefield para ser realmente bueno. Y ser ingenioso también se recompensa mucho. Mi partida favorita de momento ha sido una en la que iba con un colega y en lugar de atacar una puerta, decidimos poner una bomba lapa en un muro para entrar por sorpresa. ¿Resultado? Matamos a dos enemigos, fulminamos a un tercero y pudimos desactivar una bomba sin muchos problemas. 

 

Siempre doy mucho la vara con los FPS tácticos, pero es que son un soplo de aire fresco en contraste de los grandes nombres de la industria que apuestan por una mayor agilidad y muchas más locuras. A veces apetece atrincherarse en una casa o asaltar una posición mirando por las esquinas y arratrándote por el suelo para no ser visto. Las victorias siguen sabiendo a gloria en un caso u otro, pero para mi el gusto está en la variedad ya veces no me apetece ganar por headshots mientras hago una voltereta sino por una mina que he detonado tras haberla colocado a muy mala leche en el quicio de un muro fortificado. 

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