P.T. y sus bastardos herederos del quiero y no puedo

Me váis a permitir la intro retro: Cuando yo era pequeño -allá cuando los dinosaurios hollaban la tierra-, había un divertido programa en Televisión Española llamado El Planeta Imaginario. Una especie de Art Atack dirigido por Hannibal Leckter en el que se narraban historias, cortos y cuentos. Para ello se usaba la imaginación y la expresión artística con materiales de dibujo, marionetas, juegos de luces, pinturas, plastilina, arcilla y todo lo que tuvieran a bien usar sus creadores. 

 

El Planeta Imaginario era, por decirlo rápidamente, inquietante. Un producto típico de la España de los 80 que durante cuatro años -1983 a 1987- convirtió su metraje en una extraña mezcla de sueño y pesadilla para los niños que tuvimos la suerte -mala o buena, a saber- de verlo. Las historias eran duras, los cuentos, intensos, y como dato interesante su intro musical corría a cargo de Claude Debussy con su Arabesque nº1, el mismo compositor de Claire de Lune, la melodía que suena en las zonas seguras de The Evil Within. Ya podéis ir haciendoos una idea. 

 

 

El programa trató sin cortarse un pelo temas tan variados como La Metamorfosis de Kafka, la parte más oscura del Espejo de Lewis Carroll, la verdad oculta en la evolución de los cuentos de Los Hermanos Grimm y un Roald Dalh más cercano a Las Brujas que a Charlie y la Fábrica de Chocolate, sin perder el tono aterrador de sus mensajes morales. 

 

Y entonces aparecieron los clones

Saco El Planeta Imaginario de los recuerdos porque en un momento dado, Televisión Española pensó que sería una idea estupenda terminar de jugar con las débiles mentes infantiles mediante la emisión de un inquietante capítulo de El Planeta Imaginario seguido de un no menos inquietante capítulo de Doctor Who. Una mala idea para la emisora, especialmente cuando en un mismo día concurrieron dos temáticas casi calcadas en ambos programas de televisión: El caso del niño que dibujaba pesadillas. 

 

Sin comerlo ni beberlo, El Planeta Imaginario emitió un corto con una temática que parecía calcada del capítulo de Doctor Who que se emitió a continuación, en el que Tom Baker y su kilométrica bufanda se enfrentaba a las pesadillas que un niño hacía real al dibujarlas en su libreta -ojo, que yo por entonces tenía 6 años y puede que fuera más bien El Vampiro de Libros o las Hogueras, pero creo recordar que sí, que se trataba del niño que dibujaba pesadillas, temática retomada para un capítulo del Doctor con David Tennant-. Sea como fuere, el tema dio que hablar. Alejado de su intuición literaria, El Planeta Imaginario demostró que la inspiración es algo que a veces te encuentras en la calle, y la cosa quedó ahí como anécdota, aunque ya por entonces me pareció triste. 

 

 

Hola, soy el heredero de P.T. 

Ahora la historia se está repitiendo hasta límites de absoluto ridículo con P.T. la demo promocional -o teaser interactivo- con el que Hideo Kojima quiso anunciar el Silent Hills junto a Guillermo del Toro que se quedó en nada y que a más de un espabilado le ha servido para querer tapar un hueco en el mercado que, entre nosotros, hace ya años que NO existe.

 

Ya han sido varios los que se han autodenominado como 'sucesores de P.T.' y se lo han llevado calentito con la financiación colectiva de Kickstarter, pero sin duda los dos que más han sonado han sido el primero en sacar tajada, Allison Road, y el último en subirse al carro: Visage.

 

Allison Road comenzó su labor en Kickstarter consiguiendo unas cifras astronómicas en nueve días, si bien sus desarrolladores, Lilith LTD., terminaron por cancelar la financiación al firmar contrato con Team 17, el equipo detrás de la franquicia Worms.

 

Visage, por su parte, deja un poquito más que desear con un planteamiento algo más blandete en el que se echa en falta la mala leche de Kojima, Del Toro o Lilith Ltd. Eso sí, han conseguido entrar en Steam Greenlight y ya amenazan con pedir 'pa pipas' en Kickstarter, vender OST y todo el percal. 

 

 

¿Dónde está la novedad? 

Viendo Visage me siento como el día en que vi a Tom Baker enfrentándose a un enemigo que acababa de ser derrotado en El Planeta Imaginario. El vídeo pone los pelos de punta, pero por el nivel de topicazos que inluye: Los ruidos a la espalda, la sombra que se escurre, las pintadas, los dibujos infantiles de 'malrro', el pasillo que se ilumina, las puertas que se abren y cierran, la fiestuqui sin recoger que luego resulta que ha sido momento depre viendo vídeos, el momento caminar por el techo a lo Stephen King... Por no faltar no falta ni el ojo de 1984 -incluid aquí Reanimator y La Naranja Mecánica o, si queréis juegos, Alan Wake, Condemned, el propio P.T. y Silent Hill: The Room por decir algunos-. Y por último, y ahora entenderéis a qué venía esa intro tan larga...

...¡Han tenido los cojonazos de meter al monstruo que sale de los dibujos de la niña!

¡Otra vez!

 

¿Dónde está la novedad? ¿Dónde está el preceso creativo? ¿Dónde está la fuerza que hace que el mercado alternativo sea algo que va a ayudar a evolucionar a la industria? ¿Dónde está esa independencia creativa que hace que muchos apuesten por este mercado como la última esperanza del videojuego de calidad?

 

 

Pero los números son los números

Visage ha entrado en el círculo vicioso del 'vamos a crear este juego porque la gente lo quiere y nos vamos a forrar', y lo que más gracia me hace es que lo hacen tarde y mal, y aún así les funcionará. Les funcionará porque las compañías gordas, las distribuidoras, saben que esa forma de pensar es comercialmente acertada, y aunque no sirva necesariamente para hacer algo que realmente valga la pena, ya están moviendo al público para que apoye un sueño que tuvimos con Kojima y del que muchos no quieren despertar.

 

P.T. fue algo grande, algo muy grande que hizo que una simple demo se convirtiera en Juego del Año en las listas de muchos redactores entre los que me incluyo. El problema es que aún hay muchos que no entienden el porqué fue así y piensan que todo se limita a imitar una casa realista, una visita inmobiliaria guiada por bichos raros y muchos sustos y topicazos sin darse cuenta de que los tiros no iban por ahí. 

 

Junto a P.T. estuvo The Evil Within, y antes que este esuvo Kuon, y antes que este, Forbidden Siren, Clock Tower, Project Zero y Silent Hill. Si llevamos este 'antes que tú' al mundo del PC los números nos volverían locos, y si de ahí lo llevamos al terreno del cine, la cosa entonces nos asustaría. Y es que P.T. no inventó nada nuevo. Tratar de emularlo sin entender esto es demostrar que no has entendido nada del chiste. 

 

P.T. fue enorme porque se saltó una serie de barreras y tabues que nadie en el género del terror del videojuego se había atrevido a tocar. Más allá de eso, P.T. fue enorme porque prometía la colaboración de dos grandes nombres, porque regaló al usuario miles de horas de trabajo sin pedirle nada a cambio en una promoción que pasará a la historia como la más desinteresada, y porque parecía demostrar que el dinero no siempre es lo más importante. 

 

Como digo, mientras estos 'indies' que sacrifican su creatividad forzando el producto de su desarrollo para que entre en un hueco que no tiene la forma que ellos creen no entiendan el quid del chiste, la cosa seguirá sin tener ninguna gracia. 

 

¡Nos leemos!

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