PS5 y Xbox Series X: de juegos exclusivos, intergeneracionalidad y estrategias de marketing y de ventas
Ya podemos decir que estamos en 2020 y la competición entre Sony y Microsoft, PS5 y Xbox Series X ha comenzado. Mientras seguimos esperando para saber más sobre la posible tecnología RDNA2 que muchos apuntan a que estará incluida en Xbox Series X y nos morimos de ganas por ver la forma final de PS5 y conocer sus especificaciones, datos ajenos como la intergeneracionalidad y los exclusivos están sirviendo de terreno de calentamiento antes de la primera batalla.
Dos formas de vender la next gen
Os hablo de esto a raíz de un encarnizado debate que ha tenido lugar este fin de semana sobre las formas de informar y la elasticidad de la verdad en forma de titular. Sin embargo quiero centrarme en las posturas de Sony y Microsoft, ambas totalmente válidas, y en dónde ponen los acentos de cara a su nueva competición a finales de 2020. Dos estrategias de marketing y ventas muy diferentes que son un soplo de aire fresco tras una gen con una primera mitad casi clónica y que sirven para distanciar dos plataformas de juego que los usuarios necesitamos que sean diferentes y ofrecezcan cosas distintas.
Por un lado tenemos a PS5, de cuyas promesas la que más me atrae es ese mando con gatillos programables y distintas resistencias que, bien llevado, podría ser un gran acierto. Sony ha decidido arrancar el año de forma tradicional manteniendo los puntos que le han valido el éxito desde su nacimiento y potenciando algunas medidas que les supondrán mayores ventas eliminando el factor transgeneracional de sus próximos exclusivos. De esta forma, y como ya se dijo a principios de diciembre, Sony confirma que sus exclusivos de PS5 no correrán en PS4. Es una decisión que apuesta por multiplicar las ventas de consolas animando al usuario a dar el salto de lanzamiento y no comprometiendo la calidad de sus juegos con el lastre de tener que correr en una generación anterior.
Microsoft toma una decisión contraria y, como ya lleva varios meses diciendo, 'no dejará atrás a ningún usuario', lo que significa que los exclusivos que salgan para Xbox Series X en su primer y segundo año serán compatibles con el 'ecosistema Xbox', que incluye Xbox One, Xbox One S y X y PC. Los de Redmond hacen un acercamiento opuesto al de Sony con el que apoya al usuario que aún no desea dar el salto a una nueva consola. Microsoft adopta una postura en la que lo que importa no es colocar el máximo de consolas posibles, sino mantener a los jugadores asegurando ventas de juegos, suscripciones y servicios a la vez que aumenta cantera con las ventas de Xbox One lógicas con la bajada de precios ante una nueva consola.
Lo que hay detrás de cada decisión
Ambas estrategias son completamente válidas y han sido largamente meditadas por las compañías que las han elaborado, por lo que negar su rentabilidad o sostenibilidad a estas alturas puede resultar de chiste. Poco hay que comentar de la decisión de Sony, que se puede criticar por dejar 'vendido' al usuario al obligarle a dar el salto, aunque eso sería olvidar el pasado y la postura de renovación que lleva manteniéndose en el mercado desde los 80. Respecto a la estrategia de Microsoft es obvio que sorprenda e incluso se vea como una 'buena obra' al 'preocuparse' por el usuario de Xbox one o PC, pero en ralidad no deja de ser una estrategia de marketing que prima, como ya hemos dicho, la venta de servicios y juegos no queriendo renunciar al parque de jugadores de PC y al de Xbox One que aún no se ve preparado para dar el salto o que acaba de conocer la marca gracias a las ofertas del Black Friday.
Puestos a valorar, soy el primero en aplaudir que los nuevos exclusivos de PS5 no tengan el lastre de tener que ser compatible en PS4, tal y como comenté en su momento ante el cambio de generación anterior. Por otro lado no estamos en 2013, por lo que entiendo que Microsoft tiene muy controlado el desarrollo y, visto lo que es capaz de hacer con su Enhanced en Xbox One X, las diferencias entre Xbox One y Xbox Series X con Halo Infinite van a ser aún más obvias que las existentes en Gears 5 entre Xbox One Fat y X, al margen de que pueda disfrutarse igualmente en ambas plataformas -y PC-. Es el enfoque pecero del videojuego capaz de correr con distintos rendimientos, y no conozco a nadie que diga que no se va a comprar la Asus Cerberus hasta que no saquen juegos en exclusivo para ella.
Piensa, compara y compra
A lo que voy con este texto es que ambas compañías tienen sus estrategias, ambas estrategias son válidas, y jugar con los titulares para desprestigiar a una plataforma u otra antes de que salgan al mercado es muy feo. Desmintiendo algunos de ellos, Xbox Series X SÍ va a tener exclusivos, no sólo en los primeros años, sino de lanzamiento. Que estos exclusivos sean compatibles con Xbox One no le resta un ápice de exclusividad, como no se lo restó a Zelda Breath of the Wild el salir en Switch y WiiU o a The Last of Us el remaster en PS4 pocos meses después de salir en PS3. Y no, PS5 NO va a matar a PS4, que seguirá recibiendo títulos propios y third parties, aunque el desarrollo 'gordo' pase a PS5.
Al final lo que hay que hacer es pensar qué te viene mejor y no dejarte llevar por cantos de sirena ni colores hasta no tener el pescado en la caja y el oso en el cepo. PS5 me llama por sus gatillos y sus exclusivos, pero cuidado con la fecha de esos exclusivos, que todavía sigo esperando TloUII desde 2013. Xbox Series X me llama por sus servicios y por esos estudios que, espero, empiecen a dar noticias este año, pero cuidado una vez más con las fechas y con que se mantenga un servicio que es uno de los pilares fundamentales de la estrategia Xbox. ¿En definitiva? No os dejéis engañar y disfrutad de este año de hype y competencia empresarial. Va a ser un gran 2020.
¡Nos leemos!
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