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PS5, Xbox Series X y el diseño de la nueva generación de consolas

¿Bonita o funcional?
Por Rafa del Río

Xbox Series X ya es una promesa. Una consola, la más potente desarrollada por Microsoft, que se ve capaz de alcanzar cotas y hacer cosas que hasta el momento parecían imposibles. A sus 4K Nativos y 60 FPS como rendimiento 'normal' se une una arquitectura interna capaz de alcanzar los 120 FPS e incluso los 8K donde estos sean aprovechables. Y esto es sólo la tarjeta de presentación a la que se unen una refrigeración de próxima generación que la convierten en la Xbox más silenciosa y cosas tan locas como la posibilidad de jugar a varios juegos a la vez dejándo las partidas activas al pausar. Aunque claro, esto no vale para nada si la consola no es bonita... ¿o sí?

 

ps5 devkit

 

Diseño 2020

Vaya por delante que me declaro fan incondicional tanto del diseño del kit de desarrollo de PS5 como de la forma final de Xbox Series X. El primero, el kit de PS5, es una mezcla de patio de vecinos futurístico diseñado por Calatrava y escenario de la fase final de Mirror's Edge. Un aparato que bien iluminado puede ser un puntazo aunque aún no haya confirmado su forma final. Eso sí, que quite los botones que la hacen parecer un reproductor de CD, que sobran mucho. 

 

Lo mismo me pasa con la Xbox Series X, que me parece un elegante trozo de plástico minimalista al que la luz verde, ese corazón que lleva latiendo en Xbox desde la primera consola de Microsoft, le da el toque final. Sencilla, sobria y elegante, todo lo contrario al kit de desarrollo de PS5 y aún así o justo por eso, las dos tremendamente atractivas a su manera. Pero claro, esto sólo es mi opinión.

 

banana x

 

¿Bonita o funcional?

Este mareo de diseños, o mejor dicho de opinión sobre los mismos, me recuerda al lanzamiento del Twingo en los 90. Un coche huevo que parecía de juguete pero que una vez lo conducías, cobraba todo el sentido del mundo. Twingo demostró que lo funcional importa más que lo estético, y lo hizo tan bien que a día de hoy casi todas las marcas de vehículos aprovecha algunas de las muchas novedades que introdujo Renault en 1992.

 

Algo parecido sucede con el patio de vecinos del Dev-Kit de PS5 y el monolito de plástico de Xbox Series X. Son diseños que se adaptan a las necesidades de su interior desde una perspectiva diametralmente opuesta. Ambos trabajando en sacar todo el rendimiento a su arquitectura interna evitando picos, calenturas y demás. En el caso de Xbox Series X -de PS5 aún no sabemos nada oficial-, Phil Spencer lo ha dejado claro. Necesitaban espacio para que el corazón de la nueva Xbox respirara, y lo han conseguido duplicando el volumen interno sin aumentar el tamaño de forma exagerada gracias a su forma de caja de botella de whisky japonés caro. 

 

Al final lo que importa es que la cosa funcione y lo haga bien. Que al jugar no parezca que estás en la T4 del Adolfo Suárez y que nada impida la inmersión en el juego. Si a esto le unimos la eliminación de los tiempos de carga y una refrigeración que no sólo sea silenciosa, sino que además asegure un rendimiento sin altibajos y una consola capaz de aguantar más de dos años sin perder la vieja pasta térmica y morir en el primer tercio de generación -pausa para tomar aire- disculpadme pero yo firmo ya.

 

¡Nos leemos! 


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