PS3 suma y sigue

Esta misma semana Sony ha sacado pecho por su consola de sobremesa. Apenas un mes después de que Microsoft anunciara que Xbox 360 había vendido 70 millones de unidades, la firma nipona ha igualado esa cifra gracias a PS3, con un año de antelación.

 

Si dejamos de lado las monstruosas cifras de Wii (más de 95 millones de unidades), unos números que tampoco igualan a las de máquinas más vendidas, nos encontramos con que las dos superpotencias del videojuego en alta definición están en estos momentos en un empate técnico, aunque la consola de Sony ha llegado a esta cifra con un año menos de vida en el mercado.

 

Le ha costado a Sony poner a PS3 a la altura de su rival después de un inicio de campaña horrible y, además, ha llegado a esta cifra con unos quince millones adicionales de ventas de PS Move, su controlador casual pensado para atraer al público que en su día se fue a Wii en busca de nuevas experiencias.

 

Pero si miramos con lupa estos setenta millones de unidades, hay varias lecturas que se pueden extraer. El primero es que, comparado con sus antecesoras, PS3 va camino de ser la consola menos vendida de las tres. ¿Es un fracaso? Sería osado calificar con esa cifra semejante número de ventas, pero estoy bastante convencido de que las previsiones en Japón debían ser mucho más optimistas a mediados de la pasada década. Al ritmo que va ahora, algo más de once millones de consolas al año, PS3 tardaría otros tres años en igualar las ventas de PSOne y le harían falta ocho para ponerse a la altura de PS2.

 

Si tenemos en cuenta que PS4 está a la vuelta de la esquina, finales de 2014, podemos comenzar intuir que PS3 será la consola de sobremesa menos vendida de la firma. Sería injusto soltarle semejante sopapo a Sony sin explicar las causas de un mercado que no se parece en nada al de las generaciones anteriores.

 

 

Con la primera PlayStation, Sony dio con la tormenta perfecta casi sin querer. Adoptó el CD como unidad de almacenamiento mientras Nintendo persistía en el cartucho, perdía la batalla y entraba en un letargo que duraría otra generación y acabó con Sega y con Saturn, cuya consola palideció ante PSOne. No olvidemos el catálogo de la máquina: a todos nos encanta rajar hoy de la secuelitis pero no hay que olvidar que en aquellos años finales del siglo XX vieron la luz por primera vez juegos del calibre de Metal Gear Solid, Resident Evil, Gran Turismo o GTA. La facilidad con que se podía piratear la consola fue la gota que colmó el vaso y que arrastró a una manada de jóvenes hacia ella.

 

Con todo a favor, Sony lanzó PS2 con un as en la manga: el DVD. La máquina volvió a ser fácilmente pirateable y el añadido de incorporar un lector de DVD cuando éstos todavía estaban por las nubes convirtió a la consola en un arma de doble filo: vidoejuegos y cine, todo en uno. A todo esto hay que sumar la generación con menos competencia de la historia: Sega lanzó la Dreamcast y pereció en el intento, Nintendo se difuminaba con su Gamecube y Microsoft daba su primer, y tímido, paso, con Xbox. No olvidemos que su popularidad ha sido tal que se siguió vendiendo más que PS3 durante sus tres primeros años de vida en Estados Unidos.

 

En definitiva, puestas en contexto, las cifras de cada de las consolas hablan por sí solas. PS3 ha luchado por primera vez de tú a tú en un mercado en el que su única novedad, el blu-ray, no ha tenido el mismo impacto que tuviera en su día el DVD, y además ha tenido que enfrentarse a rivales que la igualaban técnicamente, Microsoft, o que se le salían por la tangente con nuevas propuestas de género. Visto así, ¿qué calificativo le ponemos a las ventas de PS3? ¿Éxito o fracaso?

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