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Preguntas inocentes de un escéptico de Ouya

La primera: ¿la hacen monjas?
Por Toni Piedrabuena

No creo que exista alguien que todavía no sepa qué es Ouya, pero sí es probable que la idea de lo que pretende ser la peculiar máquina de Jhulie Uhrman todavía sea para muchos un misterio. A todos nos ha quedado claro el concepto: se trata de una consola que no tendrá ningún tipo de restricción en su software y hardware, es decir, que podremos trastear con ella todo lo que se nos pase por la cabeza. La intención de la empresa pasa por poner todos los juegos en Free 2 Play, Freemium y colgar algunos DLCs y excepciones que sí serían de pago. La historia de Ouya pasó a ser conocida en el momento en el que se lanzó el proyecto en KickStarter hace algo menos de un mes, allí pidieron 950.000 dólares y ya han recibido más de 5 millones de machacantes. Todavía quedan ocho días hasta que acabe el polémico crowdfunding, que según declaraciones de Uhrman era parte de una campaña de marketing, aunque pocas horas después tuvo que rectificar sus palabras y retractarse de su comentario

 

Desde entonces, muchas han sido las noticias que han salido de diversos medios de comunicación generalistas y especializados en el ocio electrónico poniendo a la nueva plataforma como una especie de mesías salvador del negocio. Algunas empresas, incluso, han saltado a ofrecer algunas exclusivas y juegos para ella, siendo el Final Fantasy III de Square Enix su último anuncio importante. Como jugador e intento de comunicador me surgen preguntas que no parecen estar contestadas por nadie en ningún otro lugar del universo comunicativo de la industria: ¿De verdad parece tan sumamente bueno algo que técnicamente casi ni hemos visto aparecer en ninguna parte? ¿No existe una especie de optimismo tan total y ciego que podría haber más de una y dos decepciones por parte de sus convencidos futuros usuarios? ¿Acaso Ouya es la primera de una lista de máquinas que ofrecían la libertad como llave y que quedó usada únicamente por un reducto muy pequeño de usuarios amantes del desarrollo amateur?

 

ouya3

 

Aunque ahora esté haciendo yo lo propio, me choca que se anuncie a los cuatro vientos el lanzamiento de Final Fantasy III en Ouya como si fuese el lanzamiento genuino que se puede esperar de una gran marca, con un gran juego en una gran consola. Final Fantasy III no deja de ser una puesta al día de un juego de Famicom de 1990, con todo lo que ello conlleva para un género como es el RPG a finales de los ochenta: para bien o para mal no tiene nada que ver con los grandes éxitos del género del último lustro de los noventa. ¿Apuesta de Square Enix? En todo caso ejercicio de vaguería y simple guiño para salir en los medios de una u otra manera, tanto por una parte como por la otra. No creo que Final Fantasy, y menos su tercera parte, tengan lugar en una plataforma como es Ouya.

 

Tampoco he conseguido ver a nadie que explique un asunto que creo que es primordial para Ouya... ¿Hasta qué punto es factible poner a la venta una consola, con todo lo que ello conlleva a nivel de fabricación, componentes, logística o marketing, por una cifra que ronda los cinco millones de dólares? ¿De verdad vale únicamente eso? Es más: ¿Pretendían hacerlo con 950.000 dólares? ¿Cómo? ¿Toda esa gente que sale en el vídeo trabajan de gratis? ¿Los equipos son gratis? ¿El tremebundo gafapastil local con su sala de reuniones y cómodas sillas de oficina son gratis? ¿El servicio técnico será gratis? ¿Los envíos a todo el mundo los harán a nado? Venga, en serio: ¿Ouya está hecha por y para monjas? Ojalá me equivoque, pero estoy seguro que surgirán problemas en los próximos meses, ya lo verán.

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Además, es como si lo viera: todos flipando con lo guay y molón que va a ser para el universo Indie y dentro de tres meses el market estará plagado de emuladores de CPS-2, Neo Geo y Super Nintendo para disfrutar del pasado sin pasar por caja para jugar a esas obras (aunque claro, Capcom tampoco nos da otra alternativa para jugar, por ejemplo, a Aliens VS Predator de CPS-2, pero eso es otro y larguísimo tema). ¿Nos jugamos algo? Ni que fuese la primera vez que ocurre algo similar, ¿verdad Jaume?


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