Por qué recomiendo jugar a Conan Exiles

Aquí en Mundogamers hemos hablado en más de una ocasión sobre Conan Exiles. Bueno, lo pongo así en plural porque dar un poco más profesional, pero en realidad he sido yo. Yo os he hablado de Conan Exiles porque, me cagüen tó, tenéis que jugar a Conan Exiles. Ahora que el título se lanza de forma oficial, con sus servidores ya en activo, y tras un largo periodo de acceso anticipado donde he disfrutado del juego como si llevase lanzado oficialmente váyase usted a saber cuánto tiempo, ha llegado el momento de deciros por qué debéis jugar a Conan Exiles. Igual decir el nombre tantas veces en un mismo párrafo no queda nada profesional.

 

Creo que lo mejor de Conan Exiles, y la razón principal por la que debéis darle una oportunidad, es que es completamente versátil a la hora de venderse como juego multijugador o como una experiencia para un solo jugador. El título tiene lugar en la era Hiboria, entre el hundimiento de la Atlántida y el surgimiento de las civilizaciones antiguas, tal y como se refleja en la historias de Conan el Bárbaro de Robert E. Howard. Por tanto, estamos ante un ambiente desolado y, a su vez, en el terreno perfecto para colocar un juego de supervivencia.

 

Entre monstruos deformes y temperaturas insoportables, nuestra vida sigue. Y por suerte, podemos elegir cómo hacer que ésta se abra camino. Con una buena cantidad de servidores PVP y PVE, podemos adaptar el juego a nuestra forma de jugar. Y eso, sumado a todo un entorno hostil con mil posibilidades, consigue traernos un juego altamente creíble, porque Conan Exiles acaba siendo el juego que a nosotros nos gusta. Lo mejor es que en los servidores de jugador vs jugador no nos encontraremos con el típico que ya se pasó el juego y nos va a mandar al Exilio más rápido de lo que esperábamos. De hecho, podemos pasar de otros jugadores y acabar en un servidor completamente solos. Porque tampoco es que necesitáramos a nadie, la verdad.

 

Los distintos aspectos de Conan Exiles son los que le dan ese atractivo extra, colocándolo por encima de otros juegos de supervivencia. Religión, sacrificios, artesanía, combate, la libertad de jugar a nuestra manera y hasta el más mínimo detalle, como beber agua si no quieres morir, todo eso junto consigue una experiencia única y personalizable en el mundo de Conan. Un mundo en el que yo perdería horas y horas sin arrepentirme de nada. Y, creedme, vosotros también.

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