Por qué nos apasiona jugar a juegos como Detroit: Become Human
En una de sus últimas ponencias, Espen Aarseth ampliaba o profundizaba en el concepto de qué es un videojuego. El investigador proponía ampliar el significado del término con la interesante afirmación: ‘muchos videojuegos no son juegos y sí súper novelas’. Por supuesto, su cita no se refiere a excluir lo puramente lúdico del videojuego, pero sí a aceptar el carácter transversal de nuestro medio, capaz de acoger propuestas que proponen diversión a través de texto y de su interpretación y disfrute interactivo.
Here it comes: “Videogames are not games!” Aspen sees them as complex software packages that contain narrative and game aspects. Some games are more like a super-novel. pic.twitter.com/WLHmNSEMyG
— Christian Roth (@spieleforscher) 16 de mayo de 2018
El objetivo de estas súper novelas, de Detroit: Become Human, pues es el juego que nos ocupa, es adecuar la entrega de una historia a un fomato distinto al de un libro, añadiendo decisiones, paseos entre líneas y ningún tipo de reto a los mandos, solo uno intelectual. Las ganas de saber qué sucede a continuación tienen la responsabilidad de contener un interés tan poderoso como la satisfacción de dominar un sistema de control, derrotar a un boss difícil y avanzar. No es una tarea sencilla, pero sí es una interesante posibilidad que nos apasiona a muchos.
Además de gozar con juegos como Super Mario Bros por ofrecerme un gran trabajo de diseño jugable, disfruto enormemente de otros como Gone Home o What Remains of Edith Finch por la contrucción de su narración a través de la que se elabora su historia. Me gusta cómo Espen Aarseth se refiere al concepto literario del juego como ‘súper novela’ y apela a Fallout New Vegas como ejemplo. La gracia del asunto radica en la narración que, a diferencia de una obra de ficción ajena a este medio, se construye sin interpelación de la interacción.
Este hecho es el que le añade su característica de ‘súper’ a la novela y nos hace jugarla, porque solo a través del juego se tejen los hilos del relato. De todas formas, entiendo que la palabra ‘jugar’ le parezca a muchos inapropiada en este contexto, pero hay que entender que esta palabra no solo se refiere a tomar parte en un juego, también a desempeñar un papel en cualquier hecho. En inglés, ‘jugar’ se dice ‘play’, que también se refiere a interpretar, lo que nos acerca más al papel que tomamos como jugadores, como ‘players’ en estas súper novelas. Es decir, las palabras significan todo lo que significan, no lo que cada uno queremos entender.
A muchos nos apasiona ser actores en un espacio interactivo que hacemos avanzar con nuestros paseos y decisiones, por lo que resulta interesante añadir este matiz a la definición de 'videojuego', aceptar que pueden ser súper novelas y disfrutar con títulos como Detroit: Become Human.
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