¿Por qué no hemos hablado de We Happy Few?

Normalmente los juegos en primera persona no me atraen nada, aunque uno de mis juegos favoritos sea Portal (y su secuela). Quizás necesite ver en esos títulos lo que veo en el de Valve: La simplicidad cubierta por un ligero velo siniestro. Eso incluiría a Bioshock, aunque éste de simple no tenga mucho. El que sí que lo tiene es We Happy Few, y después de haber visto los vídeos disponibles, me pregunto, ¿por qué no hemos hablado de él? Al menos, no lo suficiente.

 

Juegos con cierto “caché” que se financian a través de Kickstarter no son de mi agrado. Pero teniendo en cuenta que detrás de We Happy Few hay una indie de verdad como es Compulsion Games, y no como otras (cofcofshenmuecofcof), se le puede dar una oportunidad. Los creadores de Contrast han conseguido la financiación para este juego de acción y supervivencia en primera persona, que saldrá en 2016. Ambientado en lo que parece un pueblecito inglés del siglo pasado, la mezcla de este juego me perturba. Pero en el mejor de los sentidos.

 

Me gusta mucho tener la impresión de que algo raro está pasando. La tenía en Portal cuando iba, poco a poco, entendiendo lo que estaba pasando a mi alrededor. Se trata de una sensación en muchos casos sutil, que se va haciendo cada vez más notable. Ejemplo de ello: Little Inferno. En We Happy Few sabemos desde el principio que algo no va bien en ese universo en el que hay que tomar una droga llamada Joy (Felicidad) y llevar una máscara con la más macabra de las sonrisas. A mí me parece un juego que ha cogido un poco de todo, desde el mencionado Little Inferno, hasta Fallout, pasando por obras de la literatura como V de Vendetta o la saga de novelas juveniles The Giver.

 

Pero, ¿qué pasa? ¿por qué no hablamos de este juego? En cambio, no hacemos más que hablar de Scalebound, Unravel o Quantum Break. Que sí, que ver gráficos alucinantes en Gamescom es demasiado divineo como para fijarse en juegos de “otra categoría”, pero, demonios, ¿habéis visto esos policías con esas odiosas máscaras? ¿Acaso no tenéis ganas de apalizarlos hasta la saciedad? Yo sí, y muchas. Vale que hace unos días dedicaba todo mi hype a Mirror's Edge o a Quantum, pero es que vuelvo a ver el vídeo de We Happy Few y... AGH, lo quiero. Me gusta su cutrez, su simplicidad, su no sé qué, que qué sé yo que nos hace pensar en Rapture o en Aperture Science, todo mezclado en un bonito revoltijo. Si es que se parece hasta a Minecraft con eso de tener nuestro propio arsenal escondido en un rincón.

 

Ah, un momento. Ya sé por qué no hemos hablado demasiado de We Happy Few. El juego saldrá para Xbox One, cosa lógica y normal, pero también lo hará para... Windows 10. Hasta nunqui. No sé qué opinión tendréis vosotros del sistema operativo, pero a mí me duró cuatro horas instalado en el ordenador antes de que lo borrara de mi vida para siempre. Y tampoco tengo una Xbox One, ni la tendré en mucho tiempo. Creo que mejor me tomo yo también la pastillita mágica, antes de que me líe a palos y a robar videoconsolas.

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